
El inmortal periodista colombiano, Melanio Porto Ariza, dejó una huella imborrable en la historia del béisbol con su frase memorable: «Edgar Rentería tiene un pacto con gloria». Esta afirmación resuena profundamente en el corazón de los aficionados, subrayando la excepcional trayectoria de Rentería y su impacto significativo en el deporte.
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La historia comienza en 1996, un año que marcó el debut de Rentería en las grandes ligas, cuando apenas tenía 19 años y comenzó a jugar con el Marlins de Florida. Desde entonces, ha recorrido un camino glorioso que lo llevará a ser inmortalizado en el Salón de la Fama de Cardenales de San Luis, un reconocimiento que se concretará más de dos décadas después de su debut, testimonio del legado que ha construido.
Los sistemas de votación para elegir la clase del 2025 en el Salón de la Fama han cambiado. Durante ocho semanas, los apasionados fanáticos de todo el mundo tuvieron la oportunidad de ejercer su derecho al voto y apoyar a los candidatos que consideraban merecedores de este prestigioso honor.
Finalmente, el colombiano logró superar el umbral necesario para ser elegido, luego de varias nominaciones a la exclusiva clase de inmortales. En esta selecta compañía, se unirá al recordado lanzador A Hrabosky y al recientemente fallecido líder Walt Jocketty, formando parte de una historia propia dentro del béisbol.
La ceremonia de exaltación de los nuevos miembros se llevará a cabo el 6 de septiembre de 2025 en San Luis, donde Rentería será honrado en una gala especial en la que estarán presentes 55 miembros del Salón de la Fama, celebrando así sus notables contribuciones al béisbol.
Edgar Rentería, nacido en Barranquilla el 7 de agosto de 1976, proviene de raíces chocoanas por parte de su padre, Jorge, y de El Yucal, Bolívar, por su madre. Durante su trayectoria, jugó durante 16 temporadas en las grandes ligas, destacándose con 7 franquicias diferentes, un testimonio de su versatilidad y habilidad incomparable en el campo.
La llegada de Edgar Rentería a las grandes ligas en 1996 marcó el inicio de una era dorada para los jugadores colombianos. Antes de él, algunos nombres como Luis Castro (1902), Orlando Ramírez (1974), y Joaquín «Jacky» Gutiérrez (1983) habían abierto el camino, siendo los pioneros en las ligas mayores.
Historiografía en San Luis
Rentería formó parte de un intercambio entre el Marlins de Florida y los Cardenales de San Luis el 14 de diciembre de 1998, en un movimiento que trajo a San Luis a un jugador que rápidamente se adaptaría y brillaría. Reemplazó a Royce Clayton, quien había sido una figura icónica, ya que Ozzie Smith, el «Mago de Oz», había dejado su huella en las paradas cortas durante 19 años antes de retirarse en 1996, el año del debut de Rentería.
El Barranquillero dejó una gran marca en la MLB
A los 22 años, Rentería comenzó su primera temporada en San Luis (1999), jugando con el equipo más exitoso en la Liga Nacional hasta 2004, cuando se convirtió en agente libre. En 2003, estableció un récord en el equipo como el campocorto (SS) con el promedio más alto en la historia de los Cardenales de San Luis, registrando un impresionante promedio de .330 (587-194), con 47 dobles, 1 triple, 13 jonrones, 96 carreras anotadas y 100 impulsadas en 157 juegos.
Rentería también se destacó como el segundo campocorto con más jonrones (71) en la historia del equipo, además de sus 148 bases robadas, ocupando la tercera posición en promedio de bateo, hits simples y extrabases. Su habilidad lo hizo único, siendo el primer y único jugador en la historia de los Cardenales de San Luis en ganar un Guante de Oro y un Bate de Plata en la misma temporada.
Durante su tiempo con los Cardenales de San Luis, fue seleccionado tres veces para el «Juego de Estrellas» en los años 2000, 2003 y 2004 y ganó el Bate de Plata en tres ocasiones en la posición de campocorto. Además, Rentería fue parte del histórico Serie Mundial 2004, donde se enfrentó a los Medias Rojas de Boston, un encuentro recordado no solo por esa confrontación, sino por ser el escenario donde se encontraban dos campeones colombianos en el campo corto: él mismo y Orlando Cabrera.
Su brillante trayectoria en San Luis durante seis años, de 1999 a 2004, fue notable, promediando .290, con 71 jonrones, 451 carreras impulsadas y 148 bases robadas en un total de 903 juegos. La afirmación se vuelve cada vez más evidente: «Edgar Rentería tiene un pacto con gloria». Pronto, el 6 de septiembre, hará su llegada en la Santa Sede de los Cardenales de San Luis, donde será ungido de manera oficial en el Salón de la Fama, consolidando su legado eterno en el béisbol.
/ Comité Olímpico Colombiano