
Madrid, 23 de abril de 2025. Cada 23 de abril se conmemora el Día del Idioma en diversas partes del mundo hispanohablante. Esta fecha no es solo un recordatorio del idioma, sino una celebración profunda de su esencia: la belleza, la potencia y la rica historia que abarca el idioma español. Es un lazo que nos une a más de 500 millones de personas en todo el mundo y es un vehículo que transporta siglos de reflexión, creación y memoria colectiva en su interior. En este día, tenemos la oportunidad de pausar, aunque solo sea un momento, y reflexionar sobre la inmensa riqueza que poseemos en nuestras palabras y expresiones.
¿Por qué se celebra el 23 de abril?
La elección de la fecha del 23 de abril no es meramente casual. Este día, en 1616, marcó la despedida de dos titanes literarios de la historia: Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare. A pesar de que sus muertes ocurrieron en diferentes momentos debido a la discrepancia entre los calendarios juliano y gregoriano, el simbolismo de esta fecha se mantiene intacto. La desaparición de Cervantes, el autor tras obras maestras como Don Quijote De la Mancha, fue un hito crucial en la evolución de la lengua española, tanto así que la Real Academia Española lo considera el «más grande exponente de la literatura en lengua castellana».
En homenaje a Cervantes, desde 1938, a instancias del entonces presidente mexicano Lázaro Cárdenas, este día es celebrado en numerosos países de América Latina como un reconocimiento a la grandeza del idioma y su cultura. Posteriormente, la UNESCO adoptó esta jornada como el Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor, ampliando así su significado y relevancia a nivel global.
Lenguaje como patria
Lejos de ser simplemente una efeméride, el Día del Idioma es una invitación a encontrarnos a nosotros mismos en las palabras que empleamos. Cada lengua ofrece una mirada distinta al mundo. El español, con más de 90,000 palabras reconocidas por la Real Academia y una multitud de matices regionales, se presenta como un universo en constante expansión. Desde los emotivos versos de Neruda hasta los seductores boleros cubanos; desde las tradicionales granjas de México hasta las envolventes novelas de García Márquez, el idioma se convierte en un fértil terreno donde se pueden expresar emociones tales como la alegría, la tristeza, la protesta y el amor.
Anécdotas del diccionario
Gabriel García Márquez solía mencionar que uno de sus tesoros más queridos durante su infancia fue el diccionario que le obsequió su abuelo. Consideraba que era el único libro que siempre tenía la respuesta correcta y jamás fallaba. En su hogar, ese diccionario, cuyo título era Idea, era una omnipresencia; para él, las palabras representaban juguetes, herramientas y oráculos simultáneamente.
Otra historia conmovedora es la de Ingrid Betancourt, quien, mientras se encontraba en exilio a causa del FARC, solicitó únicamente una cosa, además de su libertad: un diccionario. Le fue proporcionado un diccionario rojo de la colección Larvas, y ese objeto se convirtió en su salvación emocional y espiritual. Leer en medio de la jungla le recordaba que había un mundo más allá del miedo y la oscuridad que le rodeaba.
Español hoy: un idioma vivo
El idioma español no se debe ver como una mera reliquia de museo. Es un organismo vibrante que evoluciona, se adapta y se transforma continuamente. La aparición del ‘Spanglish’, los modismos digitales, las nuevas formas de hablar sobre género y las expresiones que emergen en redes sociales son una parte integral del español contemporáneo. La Real Academia Española, buscando mantenerse al día con los tiempos, ha incorporado términos como ‘Influencer’, ‘estremecer’ y ‘Guasap’ (una versión hispanizada de Whatsapp), lo que indica que el lenguaje es un fenómeno dinámico y en constante evolución.
Un acto de resistencia y memoria
Hablar con corrección y leer con profundidad son actos que requieren atención y amor hacia el lenguaje. Tomarse el tiempo necesario para comunicar de manera clara lo que se desea expresar contiene un elemento de resistencia en un mundo cada vez más lleno de ruido y rapidez. El cuidado que le brindamos a nuestro idioma refleja nuestra forma de pensar y, al mismo tiempo, es un escudo que protege nuestra identidad de la superficialidad y la indiferencia.
En un mundo donde el lenguaje se ve empobrecido en muchos aspectos, ya sea por pereza, desinformación o desprecio, el Día del Idioma se erige como una oportunidad crucial para recordar que las palabras son más que simples herramientas de comunicación: tienen el poder de sanar, movilizar y transformar realidades.
Celebremos el idioma
Al llegar el 23 de abril, celebremos nuestro idioma disfrutando de un poema, recurriendo a nuestro diccionario, comunicándonos con calma, o incluso simplemente recordando una palabra que resuena en nuestro ser. Celebremos juntos el hecho de que formamos parte de una comunidad que ha creado, a través de eternas novelas en español, canciones memorables y sueños compartidos, un legado lingüístico único.
Porque en el lenguaje reside la esencia de la vida. Y cuando nos dirigimos a la vida con amor, esta siempre florece en infinita plenitud.