
La política energética del gobierno de Peter fue equivocada y desacertada. Comenzando por la Ministra de Minería y Energía, la filósofa Irene Vélez y ahora Ministro de Medio Ambienteque era una veleta. Tuvo la idea de declarar desde el principio que Colombia no debía preocuparse porque, según sus extravagantes cálculos, había asegurado la autosuficiencia en gas natural hasta 2042. Más tarde, quien la reemplazó, el ex ministro Andrés Camacho, afirmó que a Colombia no le faltaba gas natural por parte de algunas empresas, pero que dejarían de acapararlo. servicios públicos para investigar y sancionar. En esto contó con el apoyo del presidente Petro, quien fue engañado.
Si, como dijo el ministro Camacho, no había escasez, no había déficit y por tanto, según él, no había necesidad de importar gas para cubrir la demanda esencial. Y cuando se produjo la primera importación de 40 MMPCD a principios de diciembre, ante las evidencias, salió y dijo que las empresas pretendían conservarlo como «reserva», no sin antes advertir que esto no podría llevar a un aumento de tarifas para los usuarios finales, como de hecho ocurrió en el interior, con aumentos de entre el 20% y el 32%. Y no es de extrañar, dado que el precio del gas MMBTU producido en el país fluctuaba alrededor de 6 dólares, el gas importado se cotizaba a 18 dólares, aproximadamente el triple. Como afirmó la presidenta de NATURGAS, Luz Stella Murgas, «se acabó el gas barato».
Cuando finalmente, por la fuerza de las circunstancias, tuvieron que aceptar que era necesario importar gas natural, perdieron un tiempo precioso pretendiendo importarlo de Venezuela o Qatar. El presidente Petro incluso reprendió a Ricardo Roa en el Consejo de Ministros con transmisión directa del por qué ECOPETROL No importaba gas. Pero a nadie se le puede pedir que haga lo imposible y ECOPETROL No ha podido importarlo porque no dispone de una planta de regasificación para ello. Afortunadamente, en marzo de este año contrató para este fin a la empresa PIO SAS, para instalar uno en Buga (Valle del Cauca), al cual habrá que transportar gas licuado mediante vehículos isocontenedores especializados, los cuales se espera que estén listos en el segundo trimestre de 2026.
Posteriormente, para sorpresa de todos, el presidente Petro, tras anunciar que “Ecopetrol se encargará de importar gas más barato, terminando con el monopolio privado en este proceso”, se movió en contra del gas natural. Esto fue lo que dijo: “este Gobierno ha dicho: transición energética, que significa sustitución, no acompañamiento de combustibles fósiles y ECOPETROL nos ha dado dificultades en ese sentido”. Y fue más allá al preguntar: «¿Por qué les vamos a incentivar a que tengan gas natural si van a morir todos?». El gas natural preguntará con el bolero de Los Tecolines: ¿qué hacemos finalmente, me amas o no?
Afortunadamente, el ministro Edwin Palmacon grandes dosis de realismo, afirmó que «tenemos que ser honestos con el tema: hay escasez de gas… No lo ocultamos ni lo negamos». También fue muy pragmático intervenir en la polémica surgida por el anuncio de la empresa transportadora de gas TGI, filial del Grupo Energía Bogotá (GEB), de instalar una planta de regasificación en La Guajira, apoyándose en la infraestructura existente en Ballena, seguido de la decisión ECOPETROL contratar la instalación de otro en Coveñas (Sucre). Se mostró firme al afirmar que «creemos en los proyectos de Ecopetrol, aunque reconozco que me preocupa el momento. Sigo creyendo que la regasificación por Ballenas o Coveñas son buenas opciones. Necesitamos tamaño para sacar adelante estos proyectos, más allá de egos corporativos».
A medida que la tormenta amaina, la sindéresis se impone por una feliz coincidencia. El presidente de ECOPETROL, Ricardo Roa, y el entonces ministro Palma, finalmente dieron su apoyo al proyecto TGI. «Esperemos que podamos hacer ambas cosas, tener más competencia», afirmó el ministro. Y tiene razón, sobre todo porque la creciente necesidad de importaciones las exige. Por su parte, el presidente del GEB aclaró: «ECOPETROL está pensando en un plan de mediano plazo y estamos buscando soluciones inmediatas». Y tiene razón, considerando la urgencia de disponer de mayores capacidades de regasificación para evitar una posible escasez de gas.
Y, finalmente, se dio la tan esperada declaración del presidente Petar. Según él, «TGI tendrá la opción de importar gas a través de Ballena y ECOPETROL a través de Coveñas». ¡Esta solución de compromiso entre ambas iniciativas es salomónica y responde al interés superior de garantizar la seguridad energética del país!
Amylcar Acosta