
El daño en la frase colateral se toma del lenguaje de la guerra. Se refiere a consecuencias negativas causadas después de ataques contra personas y cosas que no eran objetivos militares. Son daños sin daños causados por personas y bienes que no fueron el propósito de un ataque legítimo, pero debido a las circunstancias fuera del deseo de atacar la fuerza, eventualmente afectan incorregibles. Este término de derecho humanitario internacional, también conocido como el derecho de guerra (un conjunto de reglas que deben aplicarse los combatientes) puede usarse en otros escenarios que no conservan la relación directa.
Hay dos casos recientes de daños colaterales en el panorama colombiano. El primero ocurrió el 8 de junio de 2023, el patrullero Jhon Fredddy Rodríguez, miembro del valiente y extinto Esmad atacó vándalos en el desencadenante de la Universidad Nacional de Colombia, un ataque que causó daños neuronales graves. El patrullero que cumplió el deber de la comunidad estudiantil estaba en una situación vegetativa, la situación abruma a los padres de una patrulla joven, quienes pensaron que las bombas detonantes contra los agentes de policía eran la mejor forma de protesta y cambiando el país.
Segundo caso hasta el 24 de junio de 2025, cuando el adolescente en su estado, decidió atacar al otro joven oficial público y al candidato presidencial, el senador Miguel Uribe, y hoy discutió entre la vida y la muerte. También son víctimas, esposa e hijos de senadores, que tienen que usar castigo y dolor para ver a su amada persona en un estado inseguro. Como aquellos que probaron la vida del patrullero Rodríguez, asesino a sueldo que probó contra el senador Uiba, otro joven mental que, en lugar de una bomba artesanal, decidió disparar a Mansalva y sin consideración, Gnock Gun.
Estos dos casos de locura tienen jóvenes como víctimas y perpetradores cuyo daño colateral recae en la familia: padres, mujeres, niños, hermanos, falta de impresión, también son víctimas de bombas y balas miserables. Finalmente, para una víctima directa de su vida, él asciende al riesgo y puede completarse, sino la vida de sus seres queridos, no solo por su propio dolor, y debido a su cuidador, influyendo irregularmente en la salud e insegura la expectativa de la justicia de retraso y matica.
¿Qué sucede a través de la cabeza de un joven terrorista que avidan las bombas de ortografía y aquellos que es un arma en la cabeza de otro hombre detonati? ¡El que reemplaza sus neuronas debe ser una mierda! Nunca tuvieron tiempo para pensar que sus actos locos no disminuirían la vida personal del proyecto, también dañarían al grupo familiar colateralmente y accidentalmente causarían ansiedad social. En el mismo sentido, ¿qué sucede a través del jefe de aquellos que salen a defender e incluso justifican a los jóvenes que cometen hechos de terrorismo y sicarios?
El joven delincuente no merece especial atención por parte de la justicia, puede ser menos tratado como víctimas; Son perpetradores que causan dolor, sangre y sufrimiento. Nadie tiene derecho a mover su carga y su propio dolor a otro. El agresor es un agresor independiente. El sistema juvenil judicial está diseñado para tratar a los victimizadores como víctimas, se destina a la impunidad, los caballeros conocen bien y obtienen un seguro.
León Sandovalferreira