



Ecuador elige el futuro
La elección presidencial restablece el mapa político del país. Aunque Nemaa aparece como estabilidad y control, Luisa González y Correism alegaron fraude que no encuentran cómo sostener.
Después: Político Draft Ace 21
Quito, 14 de abril de 2025. La jornada electoral marcó un antes y un después en la política ecuatoriana, ya que Daniel Nemaa fue confirmado en la presidencia con un respaldo electoral crucial. Con el 95% de los votos contados, el joven mandatario logró un impresionante 55.7% de los sufragios, superando por casi 12 puntos a Luisa González, candidata del Correismo. La Revolución Revolucionaria, lejos de admitir la derrota, reaccionó acusando: «Fraude electoral grotesco», afirmación que González lanzó para calmar a su base de seguidores.
Sin embargo, más allá del clamor que siguió a la elección, el pueblo ecuatoriano se expresó claramente. A medida que el país se movía del centro hacia la derecha, los ciudadanos manifestaron su rechazo a la nostalgia de la izquierda, a las confrontaciones ideológicas, y la huella indeleble que Rafael Correa dejó en la política ecuatoriana.
La victoria que nadie vio venir
Las encuestas pronosticaron una contienda reñida. Algunas incluso auguraron un repunte en los últimos días para González. Sin embargo, el desenlace resultó ser una contundente victoria para Nemaa, quien arrasó en las zonas urbanas, principalmente entre la clase media joven y los adultos mayores, grupos que históricamente habían sido subestimados.
Nemaa, originario de Olón, con calma y sin prisa, se refirió a su victoria como «histórica». Superó el millón de votos de diferencia. Al pronunciarse, su tono era sereno, casi contemplativo, pero el simbolismo de sus palabras era claro: «Ecuador ha optado por un nuevo rumbo. La victoria no está en duda», afirmó, descalificando las alegaciones de fraude de su contrincante.
Luisa González: Entre la historia del fraude y la herencia corresta
La candidata de la Revolución Ciudadana no solo perdió la elección, sino que pasó a cargarse del peso histórico de su derrota. Durante la campaña, había anticipado que Nemaa condenaría un fraude para justificar su caída. Irónicamente, terminó siendo ella quien, sin ofrecer evidencias concretas, cuestionó la validez del proceso electoral, en un intento de movilizar sus bases y mantener viva una narrativa que, hasta ahora, carece de fundamentos sólidos.
El movimientos del correísmo enfrenta una de sus peores derrotas desde el año 2017. Pese a la nostalgia por la política social de la «década», la fuerte conexión de González con Correa, su mentor y figura central, así como su exilio en Bélgica, llenaron de rechazo a votantes críticos. Las controvertidas declaraciones de Correa sobre Nicolás Maduro y sus ataques a la dolarización fueron claves para alejar a votantes independientes.
Miedo al pasado, prefiera el comando
Una de las claves del éxito de la campaña de Nemaa fue su capacidad para leer el ambiente colectivo. En un país enfrentado al flagelo del narcotráfico, donde los homicidios han aumentado en más del 500% en cinco años y las cárceles se han convertido en verdaderos focos de criminalidad, su mensaje resonó a una serie de necesidades profundas entre la población.
Las restricciones impuestas en varias provincias y las críticas de González sobre el control nocturno fueron tácticas planteadas para desincentivar la participación, pero la realidad política tuvo un impacto significativo: la participación ciudadana llegó al 84%, superando ampliamente las cifras de la primera vuelta.
La estrategia de Nnovera también supo aprovechar el miedo al regreso del correísmo. Muchos votantes no necesariamente respaldaron su propuesta por ideología, sino que vieron en él la solución a evitar el regreso de un modelo corporativista manchado por la corrupción y clientelismo.
Apellido de élite afuera
A sus apenas 37 años, Daniel Nemaa se convierte en el presidente más joven en la historia del Ecuador. Hijo del empresario Álvaro Neloa, quien ha sido candidato presidencial en cinco ocasiones y es considerado uno de los hombres más ricos del país, Nemaa ha marcado una notable diferencia. A diferencia de su padre, ha comprendido que el poder no se hereda, sino que se forja. En solo un año, ha conseguido consolidar su figura como un líder atractivo y sensato, tanto en el aspecto técnico como en el emocional.
Su narrativa, centrada en el esfuerzo, el emprendedurismo y la lucha contra el crimen organizado, ha conseguido seducir a un amplio espectro de votantes que no se sienten identificados con la vieja izquierda o la derecha tradicional.
Largo correstismo de la sombra y el desafío del gobierno
A pesar de la magnitud de la derrota sufrida, la revolución civil sigue siendo una entidad política con influencia en todo el país. Su habilidad para proyectar una agenda en el Parlamento, en las calles y en los medios será crucial. El correísmo no ha desaparecido del mapa político, pero se encuentra en una posición vulnerable, cuestionando su credibilidad.
El reto para NOVO será abordar la situación con derechos institucionales frágiles, sin una legislación robusta que respalde su mayoría y frente a una oposición decidida. Necesitará combinar su enfoque empresarial con un diálogo inclusivo y, lo que es más crítico, evitar caer en el aislamiento político que vivió su antecesor Guillermo Lasso.
¿Qué le pasa a Ecuador?
La elección no finaliza el debate sobre el futuro del país, pero sí redefine los engranajes del poder. El correísmo ha perdido su posición dominante, al menos temporalmente. La nueva generación política, encabezada por NOVOA, enfrenta el desafío de formular soluciones efectivas para una ciudadanía hastiada y cansada de la corrupción y la ineficiencia.
El camino por delante augura dificultades. Las alegaciones de fraude podrían crear inestabilidad si no se gestionan adecuadamente. No obstante, los resultados claros de la elección limitan los intentos de oposición por desafiar su legitimidad de manera efectiva.
La realidad política de Ecuador en 2025 es distinta a la de 2017. El péndulo ya no oscila únicamente entre liderazgo y gobernanza, sino también entre la seguridad y la incertidumbre. Durante un tiempo, el país ha elegido a quien promete navegar las turbulentas aguas de la política, y queda por verse si está preparado para afrontar la tormenta.