
Cruzar el puente conocido como ‘muerte’ o ‘miedo’, un apodo que ha adoptado la comunidad de colonos que habita la frontera entre Colombia y Ecuador, se ha convertido en más que un simple riesgo; es un desafío que pone a prueba tanto la tenacidad física como la emocional de quienes lo atraviesan.
Este puente conecta a El Pulo, en el municipio de Ricaurte, en el departamento de Nariño, con la provincia de El Carchi en Ecuador, y se extiende por aproximadamente 250 metros. En esta región, que se siente separada del resto del país, los pueblos indígenas de los Awá y los pastos enfrentan a diario la prueba de sus nervios y habilidades al cruzar sobre el caudaloso Río San Juan.
La estructura del puente está hecha a mano. Foto:Particular
No se trata de una estructura sólida de cemento; más bien, se trata de una construcción artesanal hecha a mano que consiste en un cable grueso sobre el cual debe caminar, y que requiere de un gran equilibrio. Además, hay otros dos cables a los que deben sujetarse con ambas manos para mantener la estabilidad.
Para lograr cruzar el puente, los hombres y mujeres de la región necesitan no solo habilidad, sino también una notable dosis de paciencia. Algunas personas tardan alrededor de diez minutos en completar la travesía, mientras que otros son más ágiles y lo logran en menos tiempo, dependiendo de sus capacidades individuales.
El ejército de Ecuador los destruyó
Las comunidades indígenas de El Pulo y Mayasquer, ubicadas en los municipios de Ricaurte y Cumbal, al sur de Nariño, no tienen otra alternativa que construir este puente por sí mismos, utilizando sus propios recursos económicos. Este puente, también conocido como Tarabita, se convirtió en su única opción de comunicación.
Fue la asociación de autoridades tradicionales indígenas Awá, junto con la organización del cabildo de Ricaurte, quienes denunciaron que el ejército ecuatoriano, en las primeras horas del 20 de febrero, destruyó con explosivos dos puentes peatonales. Uno de estos puentes conectaba la comunidad de El Talo (Colombia) con Gualtal (Ecuador), y el otro unía Mayasquer (Colombia) con el refugio Maldonado (Ecuador).
En un comunicado, ambas organizaciones indígenas manifestaron: «Esta situación pone en riesgo la libre movilidad de las comunidades indígenas, afectando especialmente a niños y adolescentes, cuyos derechos a la movilidad han sido vulnerados».
El alcalde de Cumbal, Andrés Tapie, también expresó su descontento al señalar que «la administración municipal rechaza de manera categórica las acciones que, presuntamente, han llevado a cabo las fuerzas armadas de Ecuador, en particular el ejército nacional de ese país».
Un video es la mejor evidencia
Un video grabado por residentes de la zona evidencia el nivel de dificultad que enfrenta la comunidad al cruzar el puente que reemplaza al que fue destruido. Esta grabación sirve como prueba de que cruzar el río de lado a lado requiere nervios de acero.
El río que marca la frontera entre ambos países es muy caudaloso, y los pueblos indígenas no se atreven a nadar en sus aguas por miedo a ser arrastrados por la corriente poderosa y, potencialmente, ahogados.
Fue una gran necesidad
Según la narración presentada en el video, la construcción de este puente se había convertido en una necesidad urgente para los nativos de la región. «Los indígenas Awá necesitaban tener la posibilidad de templar este cable y moverse de Colombia a Ecuador. Resulta sumamente arriesgado cruzarlo», se indicó en el material.
El video muestra al líder indígena Rolando Canticus cruzando el puente con precaución, mientras que en la distancia se observa a una mujer indígena que lleva a su bebé en brazos, como si lo llevara en un ‘canguro’.
«Los que logran cruzar el río San Juan celebran con felicidad, y no es para menos; este es un paso de gran riesgo», advirtió el autor del video, quien también mostró su admiración ante los malabares que deben realizar los habitantes de la región para atravesar el puente, siguiendo un paso firme y muy lento.
El tiempo pasa y hay silencio
Han transcurrido más de dos meses desde la destrucción de los dos puentes, pero hasta ahora, el gobierno de Ecuador no ha emitido ningún pronunciamiento sobre la situación en esta zona fronteriza.
El alcalde de Cumbal, Andrés Tapie, expresó su preocupación y malestar, lamentando que las comunidades indígenas sean las más afectadas en esta situación.
«Esta grave situación está teniendo un impacto serio en nuestros pueblos indígenas, afectando especialmente a niños, jóvenes, jefes de familia y ancianos», afirmó el funcionario. Además, enfatizó que el impacto se siente en la salud, la educación y la economía de la región.
Destacó que la restauración de los puentes es crucial para garantizar el derecho a la vida, la salud, la movilidad y el bienestar de las comunidades afectadas.
«Las comunidades están muy preocupadas. Hacemos un llamado respetuoso al gobierno ecuatoriano para restaurar los puentes que conectan a nuestros hermanos pueblos, los cuales han representado históricamente un símbolo de unión y cooperación», concluyó.
Puede interesarle
Funeral del Papa Francisco | Tiempo Foto: