

Él sector energético colombiano afronta un momento decisivo. La Comisión Reguladora de Energía y Gas (Creg) preparar una subasta de expansión del cargo por confiabilidad para marzo de 2026, con el que el Gobierno busca cerrar el déficit proyectado de energía firme que se espera entre los años 2029 y 2030.
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Sin embargo, gremios y expertos han expresado preocupación debido a la posibilidad de que esta convocatoria no logre destinar capacidad suficiente para cubrir la brecha, estimada entre 4% y 6% de la demanda. Si no se cumplen los objetivos, El país podría verse expuesto a escenarios de racionamiento durante un nuevo fenómeno de El Niño o en periodos críticos de baja hidrología.
Los especialistas del sector insisten en que adjudicar proyectos no equivale a tener energía disponible, ya que persisten retrasos estructurales que han frenado la entrada en operación de proyectos adjudicados en subastas anteriores.
Obstáculos que frenan la entrada de nuevos proyectos
Servicio de energía. Foto:ENERGÍA
Los principales “cuellos de botella” señalados por los sindicatos están en los trámites ambientales, la interconexión a la red, el financiamiento y la congestión en la transmisión, así como la falta de garantías regulatorias que permitan acelerar la ejecución. Estos factores han impedido que muchos de los megavatios adjudicados en los últimos años entren en funcionamiento.
Además, advierten que Una subasta con predominio de fuentes renovables intermitentes, como la solar o la eólica, no garantiza la estabilidad energética necesaria para cubrir picos de demanda o períodos secos. En años anteriores, la participación mayoritaria de proyectos solares dejó al sistema más vulnerable a condiciones climáticas extremas.
En este sentido, asociaciones como Acolgen y Andeg han insistido en que las próximas subastas deben incluir una proporción adecuada de plantas térmicas, centrales hidroeléctricas con sistemas de embalse y almacenamiento, para garantizar el respaldo del sistema y evitar apagones.
Llamado del sector a revisar el marco regulatorio
Foto:EL TIEMPO
El presidenta de Acolgen, Natalia Gutiérrez, advirtió durante la Semana Mundial de la Energía que El país enfrenta un entorno regulatorio incierto que desalienta inversiones en generación confiable. “Tenemos inseguridad jurídica, retrasos en redes y proyectos y falta de señales claras que comprometan la estabilidad del sistema”, afirmó.
En una carta enviada a la Creg, El sindicato solicitó ajustes urgentes al marco regulatorio previo a la subasta, especialmente frente a las resoluciones 101 066 de 2024, 101 069 de 2025 y Proyecto 701 100 de 2025, que -según los generadores- alteran la lógica del Cargo por Confiabilidad al establecer precios de escasez diferenciados por tecnología.
Acolgen sostiene que estas modificaciones distorsionan las señales del mercado, aumentan el riesgo de aranceles y desabastecimiento, y podría socavar la confianza de los inversores. Además, pidió retirar la retribución diferenciada entre plantas nuevas y existentes, ya que considera que esto podría afectar a la participación y competencia en la próxima subasta.
Riesgos y tiempos difíciles para garantizar nueva capacidad
Se esperan apagones masivos durante todo agosto Foto:stock
Según estimaciones del sector técnico, La construcción de una central hidroeléctrica o térmica puede tardar entre cuatro y seis años desde la firma del contrato hasta su entrada en explotación. Esto implica que, si la subasta se realiza en 2026, el calendario sería muy ajustado para que la nueva capacidad esté lista antes de 2029, cuando se proyecta el déficit.
Él presidente de Andeg, Alejandro Castañeda, advertido para repetir el modelo de subasta 2024, en el que el 99% de las Obligaciones de Energía Firme (OEF) se asignaron a proyectos solares— sería arriesgado para la fiabilidad del sistema. En aquella ocasión se adjudicaron cerca de 4.000 megavatios, pero la limitada participación térmica dejó a la generación sin apoyo suficiente en periodos secos.
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Para la nueva subasta, Se estima que el país deberá destinar 1.500 megavatios adicionales, de los cuales 700 deberían provenir de centrales térmicas para garantizar la estabilidad operativa. Si esto no se consigue, el sistema volvería a quedar expuesto a una posible crisis energética.
El Gobierno busca atraer inversiones con una “gran subasta” de renovables
Los operadores de Air-e detectaron el fraude en el complejo residencial. Foto:Cortesía de Air-e
Ante un panorama de incertidumbre, El Gobierno Nacional busca impulsar nuevas inversiones con la emisión del Decreto 1091 de 2025, firmado por el presidente Gustavo Petro. El ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, anunció que la medida permitirá realizar una “gran subasta” de energías limpias, cuyo objetivo es ampliar la matriz renovable y avanzar en la transición energética justa.
Según Palma, El decreto ofrece seguridad jurídica y financiera a los inversores, ffacilita el cierre financiero de proyectos y busca reducir las tarifas energéticas en el largo plazo. Sin embargo, los expertos advierten que la diversificación energética debe hacerse sin comprometer la confiabilidad del sistema, combinando fuentes renovables con proyectos de respaldo térmicos e hidráulicos.
El desafío para el país será lograr que la próxima subasta no sólo atraiga nuevos proyectos, sino garantizar energía firme y oportuna para cubrir la creciente demanda y evitar un escenario de racionamiento que pondría a prueba la estabilidad del sistema eléctrico nacional.
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