Economía

Cree en otros ingenuos – En un click

Cree en otros ingenuos

 – En un click

Cuando el gobierno ha anunciado la creación de la «zona binacional» entre Colombia y VenezuelaSe observó un estado de ánimo de que pudo ayudar a la República de Enfermería. Además de las consideraciones políticas y de seguridad, hay muchos más riesgos sutiles, pero potencialmente destruidos: expandir las sanciones del régimen de Nicolás Maduro según la economía colombiana. Los excesos de esta iniciativa como integración pacífica o económica pueden ser inteligentes, pero el daño a Colombia podría ser mortal. Se puede confiar vivo, pero no todos ingenuos.

Hoy, las sanciones que han dicho Estados Unidos, unión Europea Otros países de Venezuela incluyen limitaciones financieras, prohibiciones de inversión, congelación de la propiedad y restricciones. Estas sanciones no solo son simbólicas: afectan la banca, el comercio, la inversión extranjera, la exportación e incluso los seguros. Si Colombia establece un área con regulaciones conjuntas o mecanismos institucionales compartidos con Venezuela, lleva el riesgo de ver un territorio parcialmente integrado en la economía sancionada. Sin una trazabilidad perfecta, toda la economía colombiana estaría contaminada.

Cómo prevenir las sanciones internacionales, como un sistema OFAC o una lista gris de Gafia, comience a ver el Bogot mientras mira Caracas? Imagine obviamente: una empresa venezolana sancionada que opera en la zona binacional, indirecta, acceso a contratos, financiación, tecnología y operaciones que están prohibidas en su país de origen. ¿Resultado? Riesgo sistémico para todo el aparato de producción colombiana, especialmente en sectores financiero, logística, energético y de comercio exterior.

No es una exageración. Los monómeros ya se han enfrentado a controles, suspensiones y observación internacional por sus conexiones con el estado de venezolano. Tal vez por eso no venden. Si la cifra legal binacional se formaliza sin escudos legales, Colombia podría convertirse en un «puente de evasión», con consecuencias muy graves para nuestra estabilidad macroeconómica. Además, esta área está diseñada sin reglas claras, sin consultar a los sindicatos, sin las regulaciones de la evaluación de impacto y sin el control del Congreso. ¿»No afecta la soberanía» sí «? Son el mecanismo ya proporcionado en la ley», pero en la práctica podría ser legal responsable de las restricciones que se han asfixiado hoy en día Venezuela. Es decir, pasemos de la neutralidad diplomática a la participación directa.

Las empresas multinacionales, como precaución, evitarán actuar en la parte gris. Colombia no puede permitirse perder confianza en los mercados internacionales, precisamente cuando se enfrenta a un déficit creciente, inflación estructural y aumentar el riesgo del país. Lo más serio es que esta política se presenta como una apuesta de «cooperación fronteriza», cuando en realidad es una trampa geopolítica que exporta sanciones venezolanas en todo el área colombiana. La integración económica entre países es positiva cuando se trabaja con marcos legales transparentes, reglas multilaterales y confianza mutua. Pero unir con un estado sancionado, sin un mapa de ruta, sin restricciones regulatorias y sin control institucional, es un compromiso imprudente de pagar a Colombia muy costoso.

Simón Gaviria

Redacción
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