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Congresistas republicanos estadounidenses lideran campaña contra el presidente Gustavo Petro en Washington – – En un click

Congresistas republicanos estadounidenses lideran campaña contra el presidente Gustavo Petro en Washington – 

 – En un click

En los últimos meses, la relación entre los gobiernos de Gustavo Petro, presidente de Colombia, y Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha alcanzado un nivel de confrontación que los especialistas señalan como uno de los más complejos en décadas para ambos países. En ese marco, surge una visible campaña impulsada por un grupo de congresistas republicanos estadounidenses que, según medios latinoamericanos, apuntan directamente a debilitar la figura de Petro e influir en el escenario político colombiano desde Washington.

¿Quién está detrás de la campaña?

En ese frente destacan dos nombres: Bernie Moreno, senador republicano por Ohio de origen colombiano, y Carlos Giménez, representante por Florida. Ambos han asumido públicamente una postura crítica contra Petro, con declaraciones que los ubican como “caras visibles” de un mayor esfuerzo en Washington para presionar al gobierno colombiano.

Bernie Moreno, en particular, ha sido citado en entrevistas donde advierte que las sanciones estadounidenses no afectarían al país en general sino más bien al «círculo cercano» de Petro. Mientras tanto, Carlos Giménez ha manifestado afinidad con sectores de la derecha colombiana y ha manifestado su apoyo a figuras como el expresidente Álvaro Uribe Vélez, lo que refuerza la hipótesis de una articulación transnacional de la derecha hacia Colombia.

¿Cuál es el trasfondo político?

Desde la victoria de Petro en 2022, Colombia ha reconfigurado su política exterior y su agenda interna: con énfasis en la paz total, el acercamiento con países como Venezuela y Cuba y un discurso de mayor autonomía frente a Estados Unidos. Por su parte, la administración Trump ha vuelto a adoptar una línea dura en América Latina, priorizando la lucha contra las drogas, el control de la inmigración y la defensa de lo que califica como “intereses estadounidenses”.

En este contexto, la campaña de los congresistas republicanos se entiende no sólo como una crítica a Petro sino como una estrategia que combina:

  • Promover sanciones concretas (por ejemplo, la inclusión del presidente y familiares en listas de sancionados).
  • Vincular al presidente colombiano con supuestos fracasos en la lucha contra el narcotráfico, argumento fuertemente utilizado por Washington.
  • Influir en la opinión pública latinoamericana y en la diáspora colombiana en EE.UU., donde ambos congresistas tienen influencia.

Acciones concretas y escalada

El 24 de octubre de 2025, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a Petro, su esposa, su hijo y el Ministro del Interior de Colombia. Washington acusó al presidente de permitir que el narcotráfico floreciera en Colombia.

Antes de eso, Trump incluso había acusado públicamente a Petro de ser un “líder del tráfico ilegal de drogas”. La visa estadounidense de Petro también fue revocada y la administración estadounidense “descertificó” al país en su esfuerzo antidrogas.

¿Por qué ahora?

Varios factores explican por qué esta campaña cobra protagonismo en este momento:

  • En Colombia, la carrera presidencial de 2026 ya está tomando forma, y ​​para muchos sectores de la derecha nacional es clave debilitar a la izquierda antes de esas elecciones.
  • La administración Biden (y ahora Trump en su segundo mandato) pretende mantener el liderazgo en la región y ve en el Petro un símbolo de un giro progresista que podría replicarse.
  • En Estados Unidos, la política hacia América Latina vuelve a centrarse en las drogas, la migración y la influencia china, y Colombia sigue siendo un aliado estratégico, por lo que una mirada más asertiva del Congreso a Bogotá tiene implicaciones.

Impactos potenciales

  • Para colombia: Las sanciones estadounidenses y la presión oficial afectan no sólo al presidente, sino también a la percepción de estabilidad institucional y de relaciones exteriores. Se podrían reducir las inversiones y la cooperación militar o comercial.
  • Para la política interna: El tema es politizado como un “ataque externo” para algunos sectores del Gobierno de Petro, mientras la oposición lo interpreta como un apoyo a su agenda. Esto puede polarizar aún más el escenario electoral.
  • Por la bilateralidad: La alianza histórica entre Estados Unidos y Colombia, basada en cuestiones de seguridad y drogas, está siendo redefinida. Podría abrir espacio para que Bogotá busque diversificar sus alianzas.

¿Qué sigue?

La tensión no parece disiparse pronto. El camino está marcado por:

  • La respuesta oficial del Gobierno de Colombia, que ha anunciado que impugnará las sanciones en tribunales estadounidenses.
  • Las elecciones en Colombia de 2026, donde el papel de Petro y la izquierda serán seguidos de cerca en Washington.
  • El desarrollo de políticas estadounidenses hacia América Latina que podrían volverse más duras si triunfa la narrativa del “fracaso colombiano” en el narcotráfico o la migración.
  • La posible escalada militar o comercial, si Washington decide ampliar las sanciones o imponer aranceles/revisiones al comercio con Colombia.

En conclusión, la campaña liderada por congresistas republicanos como Bernie Moreno y Carlos Giménez funciona como un engranaje dentro de una estrategia más amplia de Estados Unidos hacia Colombia y América Latina: una mezcla de política interna, poder blando, sanciones y reordenamiento de alianzas. Para Colombia, esto representa un desafío de soberanía, política interna y relaciones exteriores que podría tener efectos duraderos más allá del mandato de Petro.

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