


Una investigación que duró ocho meses y que incluyó la infiltración de un policía encubierto en los pasillos de la Universidad Industrial de Santander (UIS) permitió desarticular ‘Los de la U’una estructura que convirtió áreas comunes del campus en un punto fijo de distribución de drogas.
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La banda, que estaba formada en parte por estudiantes activos, mantenía un negocio que Movía decenas de millones de pesos diarios y ofrecía desde marihuana exótica hasta sustancias sintéticas y comestibles psicoactivos.
Así delinque una banda de microtráfico en la Universidad de Bucaramanga. Foto:policia nacional
El operativo, coordinado por la Fiscalía y ejecutado por la Policía Metropolitana de Bucaramanga a través de su Sección de Inteligencia e Investigación Criminal, culminó con once allanamientos en diferentes sectores de la ciudad. En estos procedimientos fueron capturadas 14 personas por orden judicial y una más en flagrancia, todas acusadas de formar parte de la red que operaba desde el interior del campus universitario.
En los inmuebles allanados las autoridades incautaron 54 kilos de marihuana, un kilo y medio de cocaína, dos armas de fuego, siete cartuchos, seis celulares, una prensa para procesar derivados del cannabis, 48 millones de pesos en efectivo y múltiples elementos utilizados para dosificar y envasar droga.
Así delinque una banda de microtráfico en la Universidad de Bucaramanga. Foto:policia nacional
Según el general de brigada William Quintero Salazar, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, la estructura llevaba al menos seis años expandiendo su actividad criminal dentro de la UIS y generando ganancias millonarias.
“Estos delincuentes recibían ingresos aproximados de 50 millones de pesos diarios, 250 millones semanales y cerca de 1.000 millones mensuales”, afirmó.
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Según el oficial, la pandilla tenía roles claramente definidos y utilizaba la condición de estudiantes activos de varios de sus integrantes para ingresar estupefacientes escondidos en mochilas y bolsos, evitando así los controles internos.
Así delinque una banda de microtráfico en la Universidad de Bucaramanga. Foto:policia nacional
Los esfuerzos de infiltración se intensificaron durante los últimos cuatro meses de la investigación. Durante ese período, agentes encubiertos identificaron los puntos de encuentro, rutas internas y encargados de distribución. Según el brigadier, la venta se realizó en zonas de alta concurrencia, sin que la presencia de personal administrativo ni docentes interrumpiera el movimiento de dosis.
“Esta estructura criminal estaba contaminando a nuestros niños y adolescentes”, advirtió Quintero, al señalar que entre los consumidores habituales se encuentran menores de 15 y 16 años.
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El catálogo que ofrecían incluía marihuana tipo creepy, tos, LSD, éxtasis y comestibles psicoactivos como brownies, galletas, chocolates y chicles. También distribuían derivados como la cera, una sustancia con alto contenido de THC que se obtiene comprimiendo la marihuana en una prensa para extraer un aceite viscoso que se utiliza en los vaporizadores. Una sola bolsa comprimida, dijeron las autoridades, se vendía por unos 80.000 pesos.
Así delinque una banda de microtráfico en la Universidad de Bucaramanga. Foto:policia nacional
Para gestionar el dinero, la organización contaba con un sistema de cobro híbrido que combinaba efectivo y pagos digitales. “Usaban códigos QR para recibir los pagos; los que no tenían efectivo pagaban mediante transferencia”, explicó el brigadier. Este mecanismo permitió mantener un flujo constante de ingresos sin dejar rastros visibles en el campus. El operativo fue coordinado por alias Pechi, quien lideraba la venta de estupefacientes al interior de la universidad desde hacía al menos tres años.
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El núcleo operativo fue desmantelado con las capturas, pero la investigación continúa para determinar si existen conexiones con otras redes del área metropolitana. Para las autoridades, el caso refleja la forma en que las estructuras externas buscan insertarse en entornos educativos para garantizar mercados de consumo estables.
Así delinque una banda de microtráfico en la Universidad de Bucaramanga. Foto:policia nacional
“No podemos darle una oportunidad a los delincuentes en ningún lugar de la ciudad”, dijo Quintero, quien aseguró que la Policía seguirá atacando las estructuras que financian y apoyan la venta de drogas en espacios donde estudian menores y jóvenes.
La caída de ‘Los de la U’ expone una red que operó durante años ante los ojos de miles de estudiantes y que convirtió un campus universitario en un corredor silencioso del microtráfico. Ahora, con los líderes capturados y el marco económico dañado, el desafío será evitar que otra estructura ocupe ese espacio.
Este contenido fue escrito con asistencia de inteligencia artificial, en base a información de la Policía Nacional. Además, fue reseñado por el periodista y un editor.
Stefanía León Arroyave
Periodista de la nación
EL TIEMPO