
El general Federico Alberto Mejía Torres, comandante de la Tercera División del Ejército Nacional, habló después de los que asistieron en Villa Colombia y Ampudia, área rural de Jamundí, donde los residentes de la zona sostuvieron unos 150 soldados y, posteriormente, lograron liberarse y reemplazarse hacia el área plana del municipio.
El oficial aseguró que lo que sucedió es parte de Una estrategia desesperada de la estructura guerrillera ‘Jaime Martínez’, que busca detener las operaciones militares mediante el uso de civiles como escudo humano.
La estrategia imprudente
El alto mando militar describió los hechos como: «Hurd reflejo de una guerrilla cobarde, que ya no puede enfrentar directamente a las fuerzas armadas y, en cambio, recurre al acoso y la manipulación de la población civil «.
En el área donde son corregimientos como Villa Colombia y Ampudia, se planea el nuevo batallón. Foto:División del Tercer Ejército
«Lo que estamos observando hoy no es más que el intento desesperado de una guerrilla que se da cuenta de que militarmente no puede enfrentar al ejército de colombianos, y que finalmente está protegido después de la población civil», dijo el general Mejía Torres.
Según el Comando de la Tercera División, en los días previos a los disturbios, múltiples informes de civiles amenazados fueron registrados por miembros de la estructura armada ilegal para participar en movilizaciones forzadas.
Además, había conocimiento de casos en los que se ofrecía dinero a los habitantes del área para sacarlos de sus hogares y usarlos como una barrera frente a las tropas militares.
Los residentes de Jamundí Corregimiento intentaron obtener el ejército. Foto:Ejército nacional
«La población civil no quiere estar bajo las afirmaciones de estas estructuras terroristas. Durante años han vivido en terrorismo, sumisión y humillación. Hoy nos dicen que se vieron obligados a salir a las calles bajo amenazas», dijo el oficial.
Replicación militar y ataque de soldados directos
Durante el día, un grupo de aproximadamente 500 personas llegaron al sector de Villa Colombia y alrededor de 250 al distrito de Ampudia, ambas consideradas zonas de influencia histórica de la estructura de ‘Jaime Martínez’.
Según el oficial, en medio del caos, los soldados del Batallón de Operaciones Terrestres No. 13 se vieron obligados a retirarse desde el norte de Villa Colombia al área urbana del distrito de Ampudia, que afectó temporalmente su capacidad de despliegue y cometió misiones de protección comunitaria.
Esta ley constituyó una agresión actual e inminente contra la vida e integridad de nuestra tropa y contra la seguridad del dispositivo militar en el sector
Federico Mejía TorresComandante del tercer ejército División
El más serio, según el ejército, fue un intento de desarmarse contra uno de sus soldados. «Un grupo de personas, agresivamente e ilegítimamente, trató de arrebatar las armas de uno de nuestros militares, que cumplieron su deber constitucional», dijo el general Mejía Torres.
«Este acto fue una agresión actual e inminente contra la vida e integridad de nuestra tropa y contra la seguridad del dispositivo militar en el sector», agregó.
Más de 400 personas del área rural de Jamundí fueron tratadas en el Coliseo Alphaguara. Foto:Oficina de Alcalde de Jamundí
Defensa y compromiso legítimos con el derecho internacional
Dada la situación, el personal militar actuó en defensa legítima, como se estableció en el Artículo 32 del Código Penal Colombiano, que permite repeler las agresiones que ponen en riesgo la vida o la integridad física de las personas. El ejército aclaró que el uso de la fuerza era proporcional, controlado y ajustado a la ley.
«Actuamos en cumplimiento estricto de los principios constitucionales y legales que rigen el uso de la fuerza. No hubo exceso; hubo una defensa de la vida de nuestros soldados y la integridad del armamento institucional», dijo el comandante Mejía.
El Ejército Nacional anunció que presentará quejas formales ante las autoridades judiciales competentes para investigar los hechos, especialmente los actos de coerción contra los civiles y el intento de desarmar a un ejército en servicio.
Recientemente, del gobierno aseguraron que el ejército ya tiene el control del área. Foto:Efe.
Rechazo de la violencia y el compromiso con los derechos humanos
En su declaración, la tercera división reiteró su compromiso de respetar los derechos humanos y rechazó categóricamente cualquier acción que ponga en riesgo la seguridad de la población civil o la misión constitucional de las fuerzas militares.
«Rechazamos este tipo de acciones que violan los derechos fundamentales, alteran el orden público y amenazan el trabajo de protección que hacemos a diario. Mantendremos nuestra presencia sostenida en el sur del país para garantizar la seguridad de todos los habitantes», concluyó el general Mejía Torres.
Gobernador de Valle del Cauca rechazado Asonado
Por su parte, el gobernador de Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, condenó este hecho en el que el uniformado patrulla el área.
La violencia contra los servidores públicos es un crimen grave e inaceptable.
La instrumentalización y la desinformación sistemática de la población civil por la estructura ‘Jaime Martínez’ es un acto miserable y contrario al derecho humanitario internacional.
«Solicitamos al general Physcalía de la nación y las organizaciones internacionales de DD. HH. Que investigan, sancionan y hacen este ataque contra la libertad y la seguridad en el Valle del Cauca», publicó el presidente en su cuenta X en su X ..
«El estado de derecho se respeta: acompañaremos a nuestra fuerza pública que continuará con las operaciones hasta que llegamos a Villa Colombia porque no hay territorios ventilados para los soldados de la patria», concluyó.
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