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Chimenea de ‘Habemus’ en el Vaticano –

Chimenea de ‘Habemus’ en el Vaticano –

La Iglesia Católica se encuentra en un momento crítico y lleno de expectativas. El cónclave para elegir al nuevo Papa, quien será el sucesor de Francisco, está programado para comenzar el 7 de mayo de 2025 en la emblemática Capilla Sixtina. Este evento histórico indica que la elección del nuevo pontífice puede tener lugar en el transcurso de esta semana, o en los días subsiguientes, dependiendo de cuán pronto los 133 votantes participantes logren alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria. Estos votantes, compuestos por cardenales, tienen la crucial tarea de decidir quién guiará a la vasta comunidad de 1.400 millones de católicos que habitan en el mundo.

El proceso de instalación y votación será significativamente simbólico y cargado de significado. El Vaticano ya ha instalado la chimenea que será responsable de anunciar al mundo cuando los Cardenales se hayan encerrado para elegir al sucesor del difunto Papa Francisco, un hecho que marcará el inicio de este importante cónclave.

La Capilla Sixtina, que ha estado cerrada al público desde el lunes para preparar el entorno adecuado para estos eventos trascendentales, será el escenario en el cual los 133 cardenales menores de 80 años, provenientes de 71 países diferentes, tomarán decisiones que influenciarán el futuro de la Iglesia Católica y su papel en el mundo moderno.

El proceso de votación en sí puede extenderse desde un par de días hasta un máximo de 15 a 20 días. Sin embargo, es relevante mencionar que los últimos cónclaves, llevados a cabo en 2005 y 2013, concluyeron en solo dos días. El humo blanco que emergerá de la chimenea indicará que el nuevo Papa ha sido elegido, seguido del famoso anuncio “Habemus Papam”.

Bajo los impresionantes frescos de Miguel Ángel, los 133 cardenales votarán por el nuevo líder espiritual de los 1.400 millones de católicos. Se llevarán a cabo cuatro rondas de votación por día, con la excepción del primer día, lo que añade un elemento de incertidumbre y drama a cada jornada de votaciones.

El término «cónclave», que proviene del latín «clave de semen» que significa «con clave», refleja la tradición de encerrar a los Cardenales en un espacio cerrado hasta que se alcance el consenso. Este proceso está regido por la constitución apostólica de Juan Pablo II, titulada Universi Dominici Gregis, la cual establece que se requiere una mayoría de dos tercios para que se declare un nuevo Papa.

Las votaciones diarias, que pueden sumar hasta cuatro por día, estarán bajo estrictas medidas de seguridad que previenen cualquier interferencia externa, utilizando incluso tecnología diseñada para evitar la manipulación de los resultados. Además, habrá una atención especial a los resultados de cada votación, ya que el humo negro que saldrá de la chimenea indicará que no se ha elegido un nuevo Papa, anunciando al mundo que el proceso aún está en curso.

Con respecto a la posibilidad de fechas para el humo blanco, se estima que podría aparecer entre el 9 y el 11 de mayo, considerando la rapidez con la que se llevaron a cabo los últimos cónclaves. Sin embargo, algunos analistas advierten que este cónclave podría extenderse, especialmente debido a que muchos cardenales, nombrados por Francisco, no se conocen entre sí, lo que puede complicar la dinámica de la elección.

En las reuniones previas al cónclave, los Cardenales han discutido cuestiones relevantes y desafiantes tales como el abuso sexual en la iglesia, la evangelización y la importancia de establecer relaciones interreligiosas. También se ha discutido la necesidad de seleccionar un líder que pueda unificar a una institución que ha sido marcada por las reformas de Francisco. Algunos miembros del cónclave favorecen la continuidad de su legado, mientras que otros abogan por un enfoque más conservador que se aleje de las reformas recientes.

En cuanto a los posibles candidatos, existe la creencia de que las elecciones podrían reflejar la perspectiva global que el Papa Francisco promovió durante su papado, dado que fue responsable de nombrar a 108 de los actuales 133 votantes. No obstante, no hay un favorito claro, y las elecciones podrían sorprender al mundo, tal como ocurrió en 2013 cuando Jorge Bergoglio fue elegido Papa, a pesar de no ser el candidato más mencionado en las reuniones previas.

Entre los candidatos potenciales se encuentran el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano y considerado un moderado; Luis Antonio Tagle, exarzobispo de Manila; Matteo Zuppi, conocido por su labor en mediación de conflictos; Fridolin Ambongo Besungu de la República Democrática del Congo; Péter Erdő de 72 años, originario de Hungría; y Pierbattista Pizzaballa, un italiano de 72 años, así como Jean-Marc Aveline, de 66 años, que son solo algunos de los nombres que suenan en este contexto tan significativo. No obstante, siempre existe espacio para sorpresas en este tipo de elecciones.

Finalmente, el mundo espera ansiosamente la aparición del nuevo Papa en el balcón de la Basílica de San Pedro, donde pronunciará el famoso Urbi et Orbi, marcando así el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica. Este será un momento de gran significado no solo para los católicos, sino para todos aquellos que siguen de cerca los cambios y movimientos dentro de una de las instituciones más antiguas y respetadas del mundo.

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