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América Latina llega a la COP30 con el desafío de convertir los compromisos en acción – En un click

América Latina llega a la COP30 con el desafío de convertir los compromisos en acción

 – En un click

Editorial América, 6 nov (EFE).– América Latina llega a la COP30 de Belém (Brasil) con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes y sumarse a la transición energética, pero buscando una voz común que logre convertir los compromisos ambientales en resultados concretos que aborden una financiación climática justa.

Las limitaciones presupuestarias y la dependencia de los combustibles fósiles de los países de la región presentan un desafío que deberá ser abordado en la asamblea brasileña sin un acuerdo previo entre los partidos y con algunas diferencias políticas, según analistas.

Sin embargo, el hecho de que Brasil, capital de la región, sea el organizador de la cumbre del clima, ha dado un rayo de esperanza a la hora de esperar un buen acuerdo entre las partes.

País por país, México ha reconocido que enfrenta dificultades para cumplir su meta de reducir en un 64% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, equivalente a 225 millones de toneladas, por lo que propone reorientar el gasto público y fortalecer los mecanismos regulatorios.

En la COP30 tiene previsto presentar una nueva contribución climática, que reafirmará el objetivo de la neutralidad de carbono para mediados de siglo e incluirá estrategias de adaptación, financiación e innovación verde.

De esta manera, Chile busca consolidarse como un referente en transición energética y diplomacia climática, ampliando alianzas para movilizar financiamiento, cooperación técnica y tecnologías limpias que faciliten el cumplimiento de sus obligaciones bajo el Acuerdo de París.

Además, prioriza la restauración de ecosistemas, la gestión de riesgos y la protección de la biodiversidad en el contexto amazónico de la cumbre.

Entre los países centroamericanos, Guatemala avanza hacia una Contribución Nacional Determinada (NDC) más ambiciosa, impulsada por una apuesta por las energías renovables, que ya representan el 68% de su generación eléctrica. Además, impulsa un programa de electrificación rural que reducirá 80.000 toneladas de CO₂ al año y pretende alcanzar la deforestación neta cero en 2027.

Costa Rica presentará una NDC «más robusta y transparente», con un marco financiero sólido sustentado en innovaciones fiscales. El país fortalecerá su programa de pago por servicios ambientales marinos, evaluará el impacto fiscal de los incentivos a los vehículos eléctricos e introducirá medidas para mejorar la gestión del riesgo de desastres.

Panamá llamará a «transformar los compromisos en resultados concretos para las personas y la naturaleza», promoviendo una mayor coherencia en el sistema climático global y un acceso más equitativo a los fondos internacionales. Además, impulsará un Plan de Acción de Género con enfoque en derechos, liderazgo local y rendición de cuentas.

De regreso al continente, Colombia traerá tres propuestas a la COP30: reconocer la biodiversidad como solución climática, promover la eliminación progresiva de los combustibles fósiles e impulsar una reforma del sistema financiero internacional que no aumente la deuda de los países del sur global.

Para el gobierno de Petro, la COP30 debe ser la cumbre que “reconozca la biodiversidad como solución climática y promueva la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, en momentos en que el bioma amazónico se encuentra en un punto de no retorno debido al extractivismo”.

Lejos del consenso regional

Por otra parte, la Argentina del presidente Javier Milei recortó los capítulos dedicados al cambio climático. Una de sus primeras medidas al llegar al Ejecutivo fue reducir el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible a subsecretaría y recortar su presupuesto.

En la COP29, en Bakú en 2024, ordenó el retiro de la delegación argentina tras su primer contacto con Donald Trump, y hasta ahora no confirmó la presencia oficial del país en la cumbre de Belém.

Según la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), son las provincias y municipios los que actualmente apoyan la acción climática, mientras el Gobierno promueve la ampliación de proyectos como Vaca Muerta y gas natural licuado en el Golfo San Matías sin evaluaciones ambientales ni participación pública.

A su vez, Perú propondrá en Belém el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), que ofrecerá incentivos por hectárea preservada en tierras amazónicas. También presentará avances en su Registro Nacional de Medidas de Mitigación (Renami), primero de su tipo en la región, y en el programa Jurisdiccional Indígena REDD+, que gestiona más de siete millones de hectáreas en manos de indígenas.

Otro país amazónico, Ecuador, apostará por una transición progresiva del petróleo a la extracción de metales críticos, pero manteniendo la producción de hidrocarburos y gas. Sus esfuerzos se centran en reducir la deforestación, restaurar bosques degradados y promover cultivos sostenibles como el cacao y el café.

Uruguay favoreció el multilateralismo y la acción climática que combinen mitigación, adaptación y transferencia de tecnología. Su directora nacional de Cambio Climático, María Fernanda Souza, advirtió que América Latina «debe encontrar una voz común» para negociar en igualdad de condiciones y acceder a los recursos necesarios para enfrentar el impacto del cambio climático sin sacrificar su desarrollo.

Bolivia llegará a la COP30 con una delegación técnica luego de realizar acciones preparatorias para definir una posición nacional y enfrentar el impacto del cambio climático en regiones como la Amazonía boliviana. El presidente electo, Rodrigo Paz, busca acreditar su propia delegación bajo su próximo gobierno, cuyos temas aún no han sido esbozados. EFE

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