El Defensor del Pueblo, Iris Marín ha hecho un urgente llamado a la atención del gobierno nacional para que se tomen medidas inmediatas ante la grave crisis de seguridad que se está viviendo en la región de Bajo Cal y Catatumbo. Esta situación crítica ha generado inquietud y preocupación entre la población local, que se encuentra en un estado de vulnerabilidad ante la creciente violencia.
Según declaraciones del jefe de la agencia de gestión, se ha registrado un alarmante deterioro de la situación humanitaria en la zona de baja calima, afectando a más de 4,000 personas. La raíz de este problema radica en una intensa disputa territorial entre el grupo criminal conocido como Elna y el clan del Golfo. Este último opera en una alianza con Jaime Martínez, quien dirige un frente disidente bajo fuertes presiones y amenazas. Esta lucha por el control territorial está creando un clima de miedo e incertidumbre entre los ciudadanos que habitan esta región, haciendo que cada día sea más difícil llevar una vida normal.
Adicionalmente, Iris Marín destacó un trágico incidente ocurrido en el Catatumbo, donde un dron que fue lanzado desde el aire, impactó en la carretera 20 de julio del Tibu, resultando en la muerte de un niño de apenas 12 años. La madre del niño también sufrió graves consecuencias, ya que quedó con heridas que la han dejado incapacitada para atender a su otro hijo de 5 años. Este tipo de eventos pone en evidencia la inestabilidad y el peligro constante que enfrenta la población civil, que es frecuentemente la mayor afectada en conflictos de este tipo.
En los últimos días, la violencia en la región de Catatumbo ha escalado aún más, con un aumento en los ataques utilizando drones en áreas rurales del Tibu. La utilización de tecnología en la violencia ha sorprendido a muchos, ya que representa un cambio significativo en la forma en que los actores armados están operando. Como resultado, la población se siente cada vez más desprotegida y vulnerable ante estas amenazas que parecen crecer sin control.
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