Política

Presidente Pereira – En un click

Presidente Pereira

 – En un click

Un proyecto de ley acuático ha publicado un escándalo político en Pereira y no es menos. La imagen de Maria Irma Noreña, esposa de Mauricio Salazar, alcalde y actual gerente municipal, parecía estar impresa en recibos de servicios públicos distribuidos a miles de pereirane. A primera vista, puede parecer un gesto simbólico para el Día de la Madre. Pero un problema real es lo que contiene este gesto: el uso de recursos públicos para promover la imagen de las elecciones por elecciones. Y que en el estado de derecho no hay detalle: es una advertencia.

La queja del representante Carolina Giraldo no solo es apropiada, sino urgente. La mujer parlamentaria fue clara cuando se señaló que este tipo de prácticas podría establecer violaciones de los criterios constitucionales y legales que controlan el rol público. ¿Desde cuándo se pueden utilizar las organizaciones como plataforma de colocación política? ¿Desde cuándo se hicieron las cuentas públicas?

No se trata de moralidad o exageración. Estos son los principios básicos de los movimientos democráticos. La constitución, la ley contra la corrupción y la ley sobre las garantías establecen límites claros para el uso de la imagen institucional. Los organismos públicos deben responder a imparcial, transparencia y moderación. Cualquier rechazo de estos principios para el beneficio de los intereses personales, para «social» que se reduce, perjudica severamente la legitimidad del estado.

La situación aumenta porque no enfrentamos al funcionario electo, sino para la esposa del alcalde. Noreña no tiene un representante popular o una responsabilidad política directa, sino un acceso privilegiado a los recursos institucionales y públicos. Ese vago papel, mitad público, mitad candidato en Brum, Crea conflictos que deterioran la confianza de los ciudadanos. En política, las formas son importantes. Y en este caso, el formulario fue un deslizamiento que puede marcar el comienzo de superponerse una campaña.

Retiros temporales La Sra. Noreña en su papel como gerente es un intento de apagar el incendio. Pero es tarde y con un poco de sentido de responsabilidad. No es suficiente «apartar» cuando el daño ya está hecho. Se emitió el mensaje político, la imagen fluyó y los ciudadanos con o sin planes recibieron propaganda en su recibo mensual. Lo que se perdió aquí era la línea entre un funcionario y la elección.

Lo más preocupado es que estas prácticas son normales. En Pereira, como en muchas otras ciudades del país, puede controlar la idea de que el público es una extensión del proyecto personal o familiar del presidente. Hoy es una cuenta, mañana, una campaña de campaña mañana en un programa social. La democracia comienza a faltarle el respeto cuando el equipo estatal se convierte en un foro de mercado político.

El alcalde Mauricio Salazar, elegido por el Partido Conservador, no puede lavarse las manos. Es su gobierno el que permitió estas acciones. Es su mandato el que está bajo la lupa. Su silencio antes de las disputas es al menos una coincidencia. Quien ocupa la primera posición del municipio no puede permitir remedios públicos Sirven como una herramienta para limpiar el camino político de su cierre alrededor de su alrededor. El poder no se hereda y no se da como familia.

Esta no es una política local. Es la característica de la forma en que la frontera entre el público y el sector privado está borrosa, entre el gobierno y las elecciones. Si no toman las empresas, Pereira corre el riesgo de convertirse en un laboratorio en proyectos antiguos: el poder utilizado para construir. Y eso, más que la ira, debería causar acciones de los ciudadanos. Porque cuando el agua viene con un mensaje político, lo que está en juego no es solo una cuenta: es la democracia misma.

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Nota: es hora de exigir un estándar moral más alto. Porque a pesar de que normalizamos estas pequeñas trampas, continuaremos repitiendo el historial habitual: el poder se usaba para aparecer, no para servir.

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