







En enero de 1999, el evento conocido como el MacWorld Expo de San Francisco se convirtió en un hito en la historia de la tecnología, especialmente por la presencia de Steve Jobs en el escenario. Después de demostrar una serie de videojuegos enfocados en cómo estos se desempeñaban en comparación con las versiones para PC, Jobs ofreció una de las presentaciones más controversiales que se hayan visto en el contexto de una empresa de la envergadura de Apple: el anuncio de un emulador de PlayStation. Este suceso sorprendió a muchos y, al mismo tiempo, generó reacciones polémicas.
El objetivo de Jobs era cada Mac con un emulador creado por Connectix y su innovador software llamado Estación de juego virtual. En un momento en el que Sony celebraba el éxito rotundo de su consola, no podían creer lo que se estaba afirmando en un evento de tal magnitud.
El desenlace para los creadores del emulador resultó ser la compra de Connectix por parte de Sony.
Transformando Macs en PlayStation
El panorama de los videojuegos en Mac en 1998 era bastante limitado. Mientras que en el ámbito de PC se disfrutaban joyas como ‘Guerra’, ‘Devil’ y ‘Age of Empires II’, la realidad para los usuarios de Mac era radicalmente diferente. Aunque existían algunos juegos interesantes desarrollados por compañías como Bungie, como ‘Marathon’, la victoria en el campo del entretenimiento interactivo estaba claramente del lado de las plataformas PC. Fue entonces cuando un joven programador llamado Aaron Giles tuvo una idea brillante: “Si el Mac cuenta con un lector de CD y el CD de PlayStation está disponible, ¿por qué no se podría jugar un título de PlayStation en un Mac?”.
Giles formaba parte de Connectix, una empresa que había sido fundada en 1988 y que había experimentado historias interesantes a lo largo de los años. Esta compañía había desarrollado el software Pioneer para Mac, pero cada nueva versión de Mac OS veía cómo Apple «sustraía» las funciones que ellos habían creado para implementarlas en sus propias actualizaciones. Así, Apple se apoderó de versiones similares a las que Connectix había desarrollado, evitando así cualquier necesidad de acuerdos comerciales con ellos.
Connectix no solo se dedicaba a crear software, también habían desarrollado el QuickCam, una de las primeras cámaras web de la historia, que fue vendida a Logitech en 1998. Sin embargo, su mayor fortaleza era la emulación, lo que capturó el interés de muchos de sus desarrolladores. Así comenzó la historia de Giles.
El programador comenzó a incursionar en el proyecto de emulación en 1998, y logró que los juegos de Sony fueran accesibles utilizando un lector de CD-ROM estándar. Con esto, la parte del hardware estaba casi resuelta. Solo tenía que concentrarse en emular el BIOS y el entorno de PlayStation, lo cual logró completar en enero de 1999.
Así, en el MacWorld, Jobs presentó al mundo el innovador emulador conocido como la virtual gaming station (VGS).
“Nuestro objetivo es crear la mejor plataforma de juegos del mundo,” dijo Jobs, mientras mostraba una imagen de la PlayStation. “Esta es la consola de videojuegos más popular en el mercado en este momento. ¿No sería increíble poder jugar también algunos de tus títulos favoritos?”
Con estas palabras, Jobs presentó el producto de Connectix, anunciando que era un software de emulación que se comercializaría a $49 y que “convertiría tu Mac en una PlayStation de Sony”. Esto resultaba ser menos de la mitad del precio de una consola PlayStation. Imagino que los ejecutivos de Sony debieron estar furiosos al enterarse de que Jobs había afirmado eso.
Impactante
“Hay cientos de juegos que pueden ser jugados en PlayStation”, afirmó Jobs, dando paso a Phil Schiller, Director de Marketing Mundial de Productos de Apple, quien mantuvo el entusiasmo.
“Esto es fantástico,” comenzó Phil. La capacidad de usar una Mac, mi Mac, para jugar todos los grandes títulos de PlayStation de forma rápida y asequible es simplemente brillante”, continuó.
Luego, sin dudar un instante, comenzó a jugar ‘Crash Bandicoot 3’. «Es el juego más popular de Sony en este momento», dijo Phil, manteniendo la calma (algo considerado impensable hoy en día), y comenzó a jugar. También se hizo evidente que este título, lanzado poco tiempo atrás, corría a una velocidad impresionante en la Mac, aunque con algunos tirones, gracias a que solo había que colocar el CD, mientras que el VGS hacía el resto.
La gran pregunta era “¿cómo era posible?”.
¿Cómo era posible que un iMac G3 a 233 MHz pudiera emular un procesador RISC a 33 MHz, considerando que eran arquitecturas completamente diferentes? Más impresionante, sin utilizar una sola línea de código original de Sony.
Antes de entrar en más detalles, es importante entender cómo funciona un emulador. Básicamente, es un software que reproduce el hardware y el sistema de una consola en otra plataforma. En este caso, se trataba de un programa que recreaba una PlayStation en un Mac. El emulador actúa como un “traductor” en tiempo real que convierte las instrucciones del juego, diseñadas para el hardware de la consola, a instrucciones que puede entender el dispositivo al que se está usando.
Este proceso es intensivo en recursos, dado que requiere que el software haga un doble trabajo. La parte más complicada consiste en emular el BIOS. El BIOS, que significa Basic Input Output System, es el software esencial que controla el arranque y la interacción entre el hardware y la consola. Para que VGS funcionara, fue indispensable poder emular dicho sistema.
Giles, al enfrentar el desafío de conseguir el BIOS de PlayStation, optó por contactar a Sony. Sin embargo, tras la negativa de los representantes japoneses y una posterior carta de cese y desistimiento, el programador tomó una decisión audaz: investigar a fondo la maquinaria de la consola y estudiar el BIOS original para reescribirlo desde cero, creando así su propia versión. Este esfuerzo, aunque titánico, resultó ser un movimiento brillante al que Sony no podría oponerse.
La reacción de Sony
Esto abrió una nueva puerta en el universo de los videojuegos, aumentando el número de usuarios potenciales para los videojuegos de Sony. Sin embargo, como ya se mencionó, Sony había de estar maldiciendo en lenguas diversas. No solo habían visto cómo su consola era prácticamente anulada, sino que Steve Jobs había tenido la audacia de calificarlo de fantástico. Esta historia ha sido narrada por Giles en su propio blog donde también explica que, durante el Macworld, lograron captar la atención de múltiples asistentes, vendiendo varios cientos de copias, lo que hizo tambalear a los ejecutivos de Sony.
Y la respuesta de Sony no tardó en llegar.
Tras la presentación en el Macworld, Sony lanzó una ofensiva legal al considerar que Connectix estaba violando sus derechos de autor. En este caso, contaron con aliados como Nintendo, Sega y 3DFX Interactive (quienes tampoco tenían una buena relación con Apple). El conflicto legal inició poco tiempo después del evento.
El 27 de enero de 1999, los jueces decidieron prohibir a Connectix duplicar o utilizar el código BIOS de Sony en el desarrollo de VGS y también restringieron la venta del programa tanto para Mac como para su versión en Windows.
Aparte de esto, las copias que aún no se habían vendido fueron incautadas, pero si prestas atención a la historia, notarás que lo curioso radica en que los jueces impidieron a Connectix utilizar el BIOS de Sony. Es decir, fue el giro del asunto: el BIOS no provenía del código que había sido escrito por Sony.
Si no puedes vencer a tu enemigo, cómpralo
Connectix decidió apelar la decisión del tribunal, y en su defensa, trató de demostrar que el código del BIOS había sido recreado legalmente mediante ingeniería inversa, evitando así la utilización del código original de Sony. De este modo, demostrando que no estaban violando los derechos de autor de Sony, argumentaron que el emulador contaba con protección bajo el concepto de uso legítimo.
Este evento sentó un precedente en cuanto a la emulación que más adelante muchas empresas, incluida Nintendo, intentarían cuestionar. Aunque el uso de emuladores es legal para jugar copias de los juegos, lo que es ilegal es obtener esas copias sin el consentimiento apropiado. Sony se encontró incapaz de actuar, a pesar de que la victoria de Connectix no fue completamente satisfactoria.
Video de la versión de Windows 98
En 1999, la PlayStation gozaba de un grandioso momento con una base de jugadores sólida, pero su fin estaba próximo, ya que en el 2000 se lanzaría la PS2. Antes de que el VGS pudiera salir del mercado, Sony optó por un acuerdo, comprando la licencia del emulador.
Su estrategia fue clara: si no puedes vencer a tu enemigo, simplemente cómpralo. Esta compra no debía confundirse con la posterior adquisición de Gaikai por parte de Sony, orientada a desarrollar un sistema de juegos en la nube, sino que apuntaba a un ejemplo de cómo, cuando no hay otra opción, la compra puede ser una salida.
Consideraciones finales
Este conflicto fue fascinante por diversas razones. La más evidente es ver a Steve Jobs, que seguramente se hubiera enfurecido si esto le sucediera, presentando un emulador de PlayStation. También porque la emulación fue un éxito rotundo, representando un logro técnico significantivo, además de establecer la legalidad de los emuladores, al menos en el territorio estadounidense.
Sin embargo, el relato no acaba aquí. Mientras duraba el litigio entre Sony y Connectix, otra compañía se dedicaba a desarrollar un emulador similar, pero para las plataformas Windows. Hablamos de Bleem!, que emergió en los inicios del nuevo milenio, y no solo emuló una PlayStation, sino que también mejoró la calidad gráfica de los títulos de la consola debido a filtros y mejores resoluciones.
Este hecho resultó ser un gran dolor de cabeza para Sony, que enfrentó la necesidad de demandar a los creadores continuamente, desgastando recursos y finanzas en el proceso, buscando así que eventualmente se quedaran sin dinero para continuar el litigio. Esta estrategia tuvo éxito, y hoy en día, conseguir una copia de Bleem! es un viaje nostálgico al pasado.
Mientras tanto, en Apple, este conflicto contra Connectix dejó a la Mac sin ese ansiado emulador de PlayStation. Jobs debió pensar en la situación como “bueno, al menos tenemos a Bungie, que está trabajando en un juego espectacular”. Lo que él no sabía era que Microsoft estaba afinando los detalles para su primera consola, la Xbox, y que pronto estaría en una posición privilegiada para acoger Bungie, llevándose con ello un juego que acaparó la atención en el Summer MacWorld de 1999:
‘Halo’.
Imágenes | Aaron Giles
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