
Cáceres (España), 12 de mayo (Efe).– La presentación del grupo de pastadores colombianas culminó los conciertos de Womad 2025 en la hermosa ciudad española de Cáceres, situada en la parte occidental del país. Este evento fue un despliegue vibrante de vida, donde miles de asistentes se reunieron para celebrar y aplaudir la rica identidad latina que el grupo representó en el escenario.
Este interesante colectivo musical ha conseguido redescubrir y revitalizar los sonidos de América Latina mediante una fusión de la electrónica tropical, una propuesta a la que denominan «convergencia electrónica colombiana». Esta fusión no solo busca atraer a la audiencia, sino también conectar con las raíces culturales que representan.
Antes del inicio de su actuación, se llevó a cabo una reunión con Ephe donde varios miembros del grupo compartieron sus visiones musicales. El percusionista Yeyo Vásquez, junto con Juan Correal (conocido como Juan de Dios) y Pablo Agudelo (quien se encarga de los teclados y el bajo), discutieron sobre cómo los ritmos tradicionales colombianos se entrelazan con sintetizadores y tecnología musical moderna.
Su innovadora propuesta desafía las etiquetas musicales convencionales al navegar entre géneros diversos como la samba, el merengue y los emblemáticos ritmos de Vallenato de Colombia. Esta mezcla ha permitido al grupo atraer un nuevo público, gracias a la incorporación de la música electrónica, que mantuvo cautivado al público de Cáceres durante más de una hora anoche.
«El ácido del piterio resalta por su identidad latina», afirma el cantante Juan de Dios. Al mismo tiempo, señala que logran sumergir a los oyentes en un océano de música electrónica electrizante, combinando instrumentos y ritmos tradicionales con los estilos del Tecno Tropical y la intensa energía del techno duro. Esta amalgama musical crea una experiencia única sobre el escenario.
Juan de Dios expresa que «la métrica y la velocidad del merengue son muy similares a las del techno duro». Complementa su idea diciendo que ambos estilos comparten una «rigidez» que puede resultar profundamente conmovedora. Este enfoque teórico se traduce en una experiencia auditiva que es tanto energética como emocional.
El trío, originario de Bogotá, se sumerge en el universo de la Cumbia tropical, fusionando tambores, tuberías del saco y una variedad de sintetizadores. Yeyo Vásquez enfatiza que este enfoque les permite lograr una conexión significativa con su audiencia, acercando así las raíces folclóricas colombianas a las dinámicas modernas.
Pablo Agudelo también menciona que emplean sintetizadores de una manera muy específica, utilizando sonidos breves que se contrastan para crear un espacio sonoro híbrido. Esto es una característica clave en su música, y es lo que realmente invita a la multitud a bailar y dejarse llevar por el ritmo.
Su álbum más reciente, «Alta Pachanga», representa una celebración del Vallenato, así como del Mambo y el Merengue. Juan de Dios recuerda con nostálgica alegría los días de su juventud, cuando a la edad de 12 a 13 años, en la sala de su casa, bailaba estos ritmos tropicales junto a su tía.
Toda esta rica herencia musical se transforma en una exploración profunda de la música electrónica, cuyo sonido ha capturado la atención de muchos. «Nos encanta la electrónica y el sonido global», dice el grupo, añadiendo que también desean explorar los tonos y ritmos de su país como un reflejo de su diversidad cultural. Esto hace que Womad sea una audiencia ideal para su propuesta.
Los miembros del grupo están convencidos de que su música tiene la capacidad de trascender fronteras y abrir caminos en el extranjero. Sin embargo, el solista del grupo reconoce la triste realidad de que «no son profetas en su propia tierra». En contraste, encuentran en Europa un hogar, donde las personas conectan genuinamente con esta fusión musical única que ofrecen.
El objetivo que se han propuesto es claro: «consolidar una audiencia a nivel nacional». Desde su concepción, Womad, promovido por el músico británico Peter Gabriel, ha sido un punto de encuentro para la música, las artes y la danza a nivel internacional. Celebrado por primera vez en Londres en 1982, este festival ha recorrido más de 30 países, uniendo a artistas de diversas culturas y géneros.