
Imagen: Alexandra von Nahmen/DW
Este sábado, India y Pakistán acordaron alar el fuego inmediato, con la mediación de los Estados Unidos.
El día sábado, 10 de mayo de 2025, Kaja Kallas, quien ocupa el puesto de más alto rango en la Unión Europea (UE) en relación con la política exterior, emitió una declaración importante sobre la reciente escalada de tensiones entre India y Pakistán. Kallas enfatizó que el acuerdo de cese al fuego alcanzado entre estos dos países es un «avance crucial hacia la paz». Además, instó a ambas naciones a «hacer todo lo posible para garantizar el respeto hacia este acuerdo».
La líder de la diplomacia europea destacó la importancia de la Unión Europea en la promoción de la paz, la estabilidad y la lucha contra el terrorismo en la región. A través de sus redes sociales, Kaja Kallas expresó su compromiso con una solución pacífica a los conflictos y su disposición a colaborar con ambas naciones para mantener la calma.
Luego de un periodo extremadamente tenso que duró casi tres semanas, que culminó en un día de ataques masivos dirigidos hacia objetivos militares en ambos lados, India y Pakistán finalmente lograron acordar un alto el fuego inmediato gracias a la mediación de los Estados Unidos. Este compromiso marca el fin de una de las escaladas más graves de violencia que se han visto en un siglo, y trágicamente ha resultado en aproximadamente cien muertes hasta la fecha.
Se ha anunciado que los líderes militares de India y Pakistán se reunirán nuevamente el lunes próximo, tras el acuerdo de cese al fuego, según información proporcionada por fuentes oficiales. Este diálogo es esencial para asegurarse de que ambas naciones puedan abordar las cuestiones actuales de manera más constructiva y evitar futuras escaramuzas.
Desde el 22 de abril del presente año, India y Pakistán se han encontrado en el periodo más crítico de su complicada relación bilateral en décadas, experimentando una de las mayores tensiones militares desde la conocida Guerra de Kargil de 1999. En resumen, un ataque terrorista dirigido contra visitantes indios resultó en la pérdida de 98 vidas, un trágico evento que sirvió como catalizador para la crisis actual. A esto se le sumaron otras muertes, que se produjeron como resultado de ataques aéreos y confrontaciones terrestres a lo largo de la frontera conocida como el Line of Control en Cachemira, una región en disputa donde ambos países han luchado por mantener el control.
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