
En plena crisis inmobiliaria, con los precios disparados y los promotores inmobiliarios alertando de un grave déficit de decenas de miles de viviendas, Madrid corre el riesgo de ver alrededor de un cientos de vecinos de la Villa de Vallecas permanecen en la calle. Literalmente. La noticia se difundió los lunes el SER, el ha confirmado el pais y es calentando y el debate político.
El motivo: decenas de familias humildes que en su día consiguieron un alquiler social gracias a la Obra Social de la Caixa ven ahora cómo sus pisos salen al mercado libre y, con ello, llegan los avisos de rescisión del contrato de arrendamiento.
¿Cuál es la razón? Para entenderlo hay que retroceder unos años y dirigirse al Ensanche de Vallecas, más concretamente a las calles Mazaterón y Fresno de Cantespino. Se trata de dos edificios residenciales con 220 viviendas idénticas, viviendas de entre 40 y 45 metros cuadrados (m2) y de una habitación individual. Los bloques se inauguraron al calor del programa de la Obra Social de Caixa y permitieron a bastantes familias beneficiarse de alquileres sociales de entre 400 y 600 euros, precios muy por debajo de lo que se cobra hoy en el mercado libre.
Como referencia, según Idealista en Madrid, el metro cuadrado cuesta 23eurospor lo que un piso de 45 m2 requeriría pagar un alquiler de más de 1.000 euros al mes. El portal inmobiliario muestra que la media es algo inferior en la Villa de Vallecas (16,1€/m2), pero aun así una búsqueda rápida confirma que es difícil encontrar una casa disponible en el distrito por menos de 800 euros al mes. Y no se trata sólo de pagar el alquiler. El anuncios También exigen que los inquilinos cumplan ciertos requisitos, como un umbral mínimo de ingresos o un contrato indefinido.
Pero… ¿Cuál es el problema? Que los inquilinos que alguna vez obtuvieron un alquiler social en esos dos edificios a través de Caixa ahora se vean probablemente obligados a hacer las maletas y abandonar sus casas. Y es que llevan más de una década viviendo allí (en algunos casos casi dos) y su situación económica dista mucho de ser la ideal. Estos días la prensa se hace eco de casos de inquilinos con un volumen de ingresos que no llega 500 euros mensualesparecen tener discapacidades reconocidas o tener niños y enfermos a tu cargo.
¿Porqué es eso? Muy sencillo. Básicamente porque los pisos que llevan años alquilando a cambio de alquileres asequibles ya no están en las mismas manos y (lo más importante) han visto expirar su plazo como viviendas de protección oficial (VPO), por lo que han entrado de lleno en el mercado libre. De hecho los vecinos aseguran que en los dos edificios hay pisos que ya aplican alquileres de temporada por 1.100 euros o que incluso han salido a la venta por 250.000 euros.
Hay tres fechas claves para entender el caso, según la información eso conduce el pais. El primero es 2022. Ese año los inquilinos afirman haber notado un primer cambio relevante: de repente se encontraron con problemas a la hora de prorrogar los alquileres vencidos cuando hasta entonces, afirma David Jiménez, uno de los afectados, «la Fundación nunca había causado dificultades».
Aunque eso fue hace varios años, las comunidades vecinas no notaron nada extraño. La gente se iba, pero el resto de inquilinos no sabían por qué, si era por elección, trabajo o porque el propietario había decidido no renovarles el contrato. De ahí que algunos afectados hablen ahora de «desalojos invisibles».
¿Y las otras fechas? La segunda llegó el pasado mes de agosto, cuando los vecinos empezaron a recibir cartas de InmoCaixa (gestora de la cartera inmobiliaria de La Caixa) informándoles de que no se renovarían sus contratos. Es decir, no habrá prórrogas de alquileres que venzan El SER preciso que en algunos casos esto significa que los inquilinos tendrán que irse en diciembre.
La tercera fecha que completa la crónica y da una imagen global de lo ocurrido es mucho más reciente: octubre, que fue cuando los vecinos empezaron a recibir otra carta relacionada con sus viviendas, sólo que en este caso no estaba firmada por Caixa ni ninguna entidad relacionada con ella. Su autor fue mosaico propcoun fondo que les informó que ahora es responsable de sus contratos. La razón: la fundación vendió los apartamentos, lo que para los vecinos significó un balde de agua fría.
¿Qué dicen los vecinos y La Caixa? Los primeros, los vecinos, hablan de «especulación» y de un intento de expulsarles de las que han sido sus viviendas durante los últimos años, viviendas a las que tuvieron acceso en su momento cumpliendo unos requisitos y que desde entonces vienen pagando según lo acordado.
Según sus cálculos, ahora mismo hay algo más de cien (110) personas que mantienen sus contratos con InmoCaixa y, por tanto, corren el riesgo de tener que hacer las maletas. Entre ellos hay varias decenas que se enfrentarán a este escenario durante los próximos meses, durante 2026 o incluso en diciembre.
«Recobro 480 euros en ayudas para mayores de 52 años y con ello pago el alquiler y poco más. Me dicen que entre en el sorteo de la vivienda asequible, pero si ya tengo una vivienda asequible, ¿por qué tengo que empezar de cero? No me dan opciones, no hay alternativa real», se relaciona en diario madrileño Mercedes, 60 años, 11 de los cuales los ha pasado en uno de los pisos de Vallecas. Un portavoz de la Fundación La Caixa explicado estos días a el pais que simplemente la naturaleza de los departamentos ha cambiado y ahora se enfocan en otras áreas sociales.
¿Qué dice exactamente? «Se trata de una promoción cuyo plazo de VPO había vencido y, por tanto, había salido al mercado libre. Los inquilinos siempre son notificados en el momento oportuno, cumpliendo las condiciones de los contratos que ambas partes han firmado.» ellos insisten de la entidad, que ha «reorientado» sus esfuerzos en materia social hacia frentes como el empleo o la pobreza infantil.
Por ahora, el caso ya ha generado una notable agitación políticacon Más Madrid pidiendo a la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo que adquiera los pisos para incluirlos en el parque público de alquiler asequible y los socialistas reclamando un protocolo que se pueda activar en las ventas de vivienda social a fondos privados. El objetivo, ellos insistenes evitar desahucios y especulación.
Imágenes | Wikipedia
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