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Los edulcorantes sin calorías pueden ayudar a reducir el azúcar en sangre ante una diabetes elevada – En un click

Los edulcorantes sin calorías pueden ayudar a reducir el azúcar en sangre ante una diabetes elevada

 – En un click

Ciudad de México, 13 de noviembre (EFE).- La diabetes sigue creciendo en todo el mundo y afecta ya a 589 millones de adultos, cifra que, según la Federación Internacional de Diabetes (FID), podría alcanzar los 853 millones en 2050.

En América Latina el avance de la enfermedad es alarmante, pues según el Atlas de Diabetes 2025 del mismo organismo, la región llegará a más de 125 millones en 2050; donde las dos mayores economías también concentran el mayor número de casos: Brasil, con 17 millones de afectados, que aumentarán a 24 millones; y México, que pasará de 14 a 20 millones.

En Chile, por ejemplo, la cifra aumentará de 1,9 a 2,4 millones, y países como Argentina, Venezuela y Colombia muestran tendencias similares.

El informe también advierte que los costos de salud asociados con la enfermedad ya superan los 500 mil millones de dólares anuales en los Estados Unidos continentales, y pueden ser mayores con el envejecimiento y el aumento de la obesidad.

«Vivimos en una región con una profunda conexión cultural con el sabor dulce», explicó Laura Miranda, coordinadora regional para América Latina de la Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA), una organización sin fines de lucro que reúne a científicos, nutricionistas y profesionales de la salud dedicados al estudio y la comunicación sobre los edulcorantes bajos y sin calorías.

«El problema no es que nos gusten los sabores dulces, el problema es cuánta azúcar consumimos sin darnos cuenta», enfatizó.

Reducir sin rendirse

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), los azúcares libres no deben superar el 10% de la ingesta calórica diaria. Sin embargo, en América Latina el consumo duplica ese valor.

Para Miranda, reducir el azúcar no significa renunciar al sabor. «No se trata de demonizar el azúcar; se trata de encontrar un equilibrio y utilizar la información que tenemos para tomar mejores decisiones», afirmó.

En su opinión, los edulcorantes son «una herramienta útil para reducir el exceso de azúcar y de calorías», sobre todo cuando sustituyen en lugar de añadir.

«Los edulcorantes aprobados por las autoridades sanitarias internacionales han pasado por décadas de evaluación y pueden ser parte de una dieta equilibrada», señaló, citando a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y el Comité Mixto de Expertos de la FAO/OMS en Aditivos Alimentarios (JECFA).

Décadas de investigación han demostrado que los edulcorantes no aumentan los niveles de glucosa en sangre después de su consumo ni desencadenan la secreción de insulina, y que pueden consumirse de forma segura dentro de la ingesta diaria aceptable (IDA), la cantidad máxima que una persona puede consumir cada día durante toda su vida sin riesgo para la salud.

Según ensayos clínicos controlados, los edulcorantes bajos en calorías o sin calorías no alteran la glucosa en sangre y pueden ayudar a reducir la ingesta total de calorías, lo que juega un papel importante en la pérdida y el control del peso en personas con diabetes.

Miranda explicó que esta evidencia concuerda con el consenso de organizaciones médicas locales que apoyan su uso responsable, como la Federación Mexicana de Diabetes (MKD), la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD) y la Asociación Nacional de Diabetes de Brasil (ANAD).

Decisiones informadas

Según la ISA, reemplazar un refresco azucarado con su versión baja en calorías puede reducir hasta 140 calorías por porción, mientras que cambiar el azúcar por edulcorante en el café o el té puede ahorrar alrededor de 20 calorías por cucharadita. «Estos son cambios pequeños, pero sostenidos en el tiempo pueden marcar una diferencia real», afirmó Miranda.

La Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA) y Diabetes UK también apoyan el uso responsable de edulcorantes como sustitutos del azúcar y como parte de una dieta variada. Ambas organizaciones señalan que no hay evidencia de que los edulcorantes causen diabetes y que su uso puede ayudar en el control de la enfermedad.

«El desafío no es eliminar el sabor dulce, sino aprender a disfrutarlo con equilibrio y conciencia», concluyó Miranda. EFE

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