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Un nuevo dron chino futurista acaba de aparecer en escena. Pekín lo ha demostrado en un vídeo sin decir una sola palabra – En un click

Un nuevo dron chino futurista acaba de aparecer en escena. Pekín lo ha demostrado en un vídeo sin decir una sola palabra

 – En un click

China ha decidido mostrar su nuevo dron furtivo de la forma más directa posible: iincluyéndolo en un vídeo oficial y dejar que la imagen hable por sí misma. El dispositivo aparece rodando desde un hangar y formado por dos J-20, un gesto que no requiere subtítulos para captar la atención. Es una presentación austera, casi silenciosa, pero llena de intención.

El movimiento que cambia la lectura. El vídeo oficial publicado por la fuerza aérea china para su 76 aniversario, combina imágenes históricas con escenas recientes, siguiendo un formato que la institución utiliza desde hace años. Se trata de una pieza de producción sencilla, enfocada a mostrar algunos de los avances que consideran relevantes en esta etapa. Dentro de este recorrido general, el tramo final incorpora material que hasta ahora no se había visto en los canales oficiales, entre ellos la inclusión del GJ-11.

Se trata de un dron que pertenece a la categoría de plataformas furtivas de alas volantes, un diseño que China lleva años investigando y que encaja con misiones de ataque a larga distancia y tareas de vigilancia. Lo que se sabe proviene de avistamientos en bases de prueba y análisis de su configuración, ya que Beijing no ha publicado especificaciones técnicas. Algunos analistas interpretan que su tamaño y arquitectura permiten vuelos prolongados, pero esa información no forma parte de comunicados oficiales.

¿Ya está operativo? El vídeo oficial no confirma que el GJ-11 esté en servicio, pero sí encaja con los indicios que apuntan a un programa en fase avanzada. En los últimos meses han aparecido al menos tres unidades en Shigatse, un sitio activo donde China prueba sistemas en escenarios reales. La inclusión del dron en material institucional añade un elemento más a la cronología, aunque por sí sola no basta para afirmar que su despliegue operativo es una realidad.

Las dudas clave. Pese a la relevancia del vídeo, la Fuerza Aérea China no ha ofrecido detalles sobre las capacidades, alcance, sensores o armamento del GJ-11. Tampoco hay datos sobre su ritmo de producción ni sobre posibles contratos asociados al programa. Las imágenes confirman su forma y actividad, pero no aclaran incógnitas técnicas que permitan comprender su papel exacto dentro de la estructura operativa. La ausencia de esta información mantiene al programa parcialmente en la sombra.

La aparición del GJ-11 en un vídeo oficial no disipa todas las dudas, pero sí consolida una idea: China quiere que el dron forme parte de su historia pública sin necesidad de comunicar detalles técnicos. Entre indicios previos y material reciente, la imagen que queda es la de un programa avanzado que avanza a su propio ritmo.

Imágenes | Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (Weibo)

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