El gobierno federal de los Estados Unidos ha estado cerrado durante más de 40 días. El domingo 9 de noviembre de 2025, el Senado de los Estados Unidos votó a favor de avanzar en un proyecto para reabrir el gobierno a través de una resolución a corto plazo (una “resolución continua”) que financiaría la administración hasta el 30 de enero de 2026. Este acuerdo incluye tres presupuestos completos para ciertas agencias (veteranos, agricultura, construcción militar) y también promete una votación futura sobre la extensión de los subsidios de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA) que expiran a fin de año. Sin embargo, los demócratas están divididos: algunos aceptaron el acuerdo en el Senado; otros lo rechazan por considerarlo insuficiente, ya que no garantiza la extensión inmediata de los subsidios de salud. El acuerdo aún debe pasar por la Cámara de Representantes de Estados Unidos y luego ser firmado por el presidente (Donald Trump) para que entre en vigor. Si el gobierno no reabre pronto, cientos de miles de empleados federales seguirán sin paga ni permiso, y servicios como los programas de asistencia alimentaria o el control del tráfico aéreo podrían seguir viéndose afectados. El retraso también afecta a la economía: existen riesgos de que el crecimiento se debilite y el público comienza a culpar al estancamiento político. Aunque el acuerdo temporal proporciona cierto respiro, no resuelve completamente el problema presupuestario a largo plazo ni las disputas sobre la atención sanitaria. Por tanto, persiste el riesgo de otra caída en enero/febrero.
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