
Si vemos la lista de países con más líneas de tren de alta velocidad, China es la que corta el bacalao, estando Europa y Japón también en la cresta de la ola. Sin embargo, América del Sur es un territorio que ni pincha ni corta. Eso está a punto de cambiar y, aunque hay varios proyectos en distintos países, el primer tren de alta velocidad de Sudamérica estará en Brasil.
Y promete revolucionar el transporte en uno de los corredores clave del país.
No es territorio de trenes (rápidos). Conectar Sudamérica en tren es sumamente complicado. No sólo tienen una topografía compleja con montañas y selvas que superar, sino también una enorme dispersión geográfica, inestabilidad política en algunos países y prioridades que han cambiado con los diferentes gobiernos.
Actualmente, el territorio vive una revolución. Hay países como México o Chile que están dando la guerra por su cuenta con proyectos internos, pero también un proyecto conocido como ‘Corredor Ferroviario Bioceánico’ que unirá el Pacífico y el Atlántico y conectará el puerto de Santos en Brasil con el de Bayóvar en Perú. Más allá de esa línea, Brasil tiene sus propios planes.
El TAV brasileño. El proyecto brasileño de alta velocidad no está exento de polémica. El TAV (o Tren de Alta Velocidad) comenzó a gestarse en 2004. Denominado ‘Bandeirantes Express’, la idea era conectar São Paulo con Campinas. Quedó en nada y en 2007 fue archivado, pero con la llegada de Lula da Silva y la perspectiva del Mundial de 2014, fue relanzado.
Hubiera sido el escenario perfecto, pero tampoco se cumplieron las fechas y, de perdidos al río: lo llevamos al 2016 para los Juegos Olímpicos de Río. Spoiler: salió mal por problemas de financiación, dudas sobre la rentabilidad y, evidentemente, falta de interés del sector privado que no tenía claro cómo recuperar la inversión.
Cronología. Habría sido el primer tren de alta velocidad de Sudamérica, pero parece que no había dicho su última palabra, pues en 2023, la empresa privada TAV Brasil consiguió por la Agencia Nacional de Transporte Terrestre la autorización para unir las principales ciudades del país: Río de Janeiro y Sao Paulo.
La concesión por 99 años les permite planificar, construir y operar la línea que, si todo va bien, conectará las dos ciudades con paradas intermedias entre Sao José dos Campos y Volta Redonda. La inversión no está clara y se cifra en unos 60.000 millones de reales, lo que supone unos 11.000 millones de euros, y apunta a un precio del billete de unos 85 euros por un viaje completo. TAV Brasil tiene anunciado el siguiente calendario:
- Finales de 2026 para la conclusión de los estudios de viabilidad.
- 2027 como inicio de la construcción.
- 2032 como puesta en servicio comercial.
el tren. El intención es que la máquina alcanza velocidades de 320 km/h, lo que cumpliría con creces lo que se considera el estándar de alta velocidad (250 km/h) y permitirá recorrer los 400 kilómetros que separan ambas megaciudades en apenas una hora y cuarenta y cinco minutos. Se trata de una reducción considerable en comparación con un viaje por carretera actual que dura unas seis horas.
Intereses. La gran pregunta es quién construirá el sistema… y los trenes. Se trata de un proyecto de alto riesgo y, como en otras partes del mundo, la geopolítica desempeña un papel importante. HistóricamenteEl proyecto ha despertado el interés de empresas como la española CAF o la francesa Alstom (ahora mismo en la carrera por el tren belga), pero también de Siemens y otras empresas líderes del sector.
TAV Brasil no ha cerrado sus puertas y está dialogando tanto con empresas españolas como con fondos árabes y, por supuesto, con China, que se está convirtiendo en una piedra de toque global en el segmento ferroviario. Están revolucionando África, tienen presencia en el despliegue de la línea que cruzará Sudamérica desde Brasil hasta Perú y hacerse con un trozo del pastel brasileño de la alta velocidad significaría otro lucrativo golpe sobre la mesa.
En cualquier caso, el de Brasil y otros proyectos parecen estar empezando a marcar el futuro ferroviario de una América Latina que tiene planes desde hace décadas, pero que por diversos motivos no han llegado a buen puerto.
Imágenes | Limongi, Danilo.mac, Mohamed SY
En | EE.UU. lleva décadas soñando con su primer tren de alta velocidad: el proyecto de California está siendo una auténtica pesadilla