El principal centro judicial de Colombia, el Palacio de Justicia, conmemora 40 años de barbarie cometida por el grupo terrorista EME19. Un acto oscuro que dejó heridas imborrables en la memoria colombiana, con el paso de los años, sirvió como excusa para la humillación. ffmm y someterlos a grupos subversivos. Si algo es seguro es que es ffmm Ellos son los verdaderos grandes héroes de este terrible acontecimiento. Fueron sus integrantes quienes tuvieron que soportar interminables juicios, ríos de tinta y filmografías que cuestionaban su accionar. Sin embargo, hicieron lo correcto, cumplieron con su deber constitucional de defender la majestad de la justicia retomando el centro judicial para garantizar la estabilidad institucional.
Como consecuencia del acto demencial del grupo terrorista EME19, toda Colombia tuvo que pagar un precio muy alto, no sólo por la pérdida de invaluables vidas humanas y daños materiales, sino también porque el grupo criminal terrorista financiado por el narcoterrorista Pablo Escobar fue finalmente idealizado. Convertidos en el ideal de los subversivos, que imponen condiciones al Estado y a sus líderes y sucesores, durante décadas luchan contra el tesoro como posición y proceso público existente. Sus banderas tiznadas ondean orgullosas entre las más altas jerarquías gubernamentales; Sus ex combatientes se presentan a las nuevas generaciones como intactos, decentes y sin ningún tipo de culpa.
Es hora de la verdad. En tiempos de olvido, conviene recordar por qué EME19 era un grupo terrorista y alzar sus banderas es rendir culto a la barbarie. El grupo terrorista EME19 ha llevado a cabo más de 500 secuestros para pedir rescate. Su gran trabajo: secuestrar gente a cambio de dinero. Fueron escondidos en las llamadas cárceles populares que funcionaban en Bogotá y Cali. Adaptaron casas en sectores populares con huecos en los que enterraban vivos a sus secuestrados, como la joven Camila Michelsen secuestrada en 1985, permanecería en su poder durante dos años, por su liberación pagaron 500.000 dólares. Miguel de Germán Ribón, en 1978 su liberación costó cinco millones de pesos. Donald Cooper recibió un millón de dólares por su liberación en 1975; Algo similar le pasó a Hugo Ferreira, ex ministro y gerente de Indupalma en 1977. Pagaron la liberación de Álvaro Gómez Hurtado en 1988 con el cobarde asesinato de su indefenso guardaespaldas Juan de Dios Hidalgo. Tuvieron suerte porque regresaron con vida.
Hubo otros que no regresaron: José Raquel Mercado, dirigente sindical, secuestrado y sometido a un juicio revolucionario en 1976, cuyo cuerpo apareció en una bolsa en la Glorietta de la carrera 63 y calle 50 de Bogotá. El misionero Chester Allen Bitterman fue secuestrado y asesinado en 1981. Tres hermanos Álvarez Murillo también en 1981, secuestrados cuando se dirigían a la escuela, sus cuerpos aparecerían seis meses después cerca de Gachancipá, Cundinamarca.
Para los que lo olvidan, EME19 realizó 48 tomas terroristas a sangre y fuego, entre otras, tomas simultáneas el 7 de agosto de 1986 en Nemocón (Cundinamarca) y Belalcázar (Cauca), y en el mismo año cometieron atentados terroristas contra el Gobierno de Estados Unidos, el Ministro de Estados Unidos, el Ministro de la Planta de Cola y Cocae que luego sería Caim Cocae. elegido alcalde de la capital. Sin olvidar el secuestro de 14 diplomáticos llevado a cabo en la Embajada dominicana en Bogotá durante febrero y abril de 1980 y la amenaza de matar a dos rehenes cada diez minutos, lo que culminaría con la liberación de los secuestrados, y los terroristas aliviarían tensiones pasando el verano en Cuba, con la suma de tres millones de dólares en efectivo.
Seguramente hace 40 años los terroristas, aparte de quemar los expedientes de los sujetos a extradición y secuestrar a altos jueces clave en lugar de diplomáticos, habrían creído que acabarían viviendo de nuevo en el paraíso de Los Castro, pero no se lo pensaron. ffmm y la policía no se lo permitió esta vez. ¡Respeto a FFMM y a la policía!
León Ferreira