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Buscan al sucesor del Papa Francisco in vivo

Buscan al sucesor del Papa Francisco in vivo

El cónclave ha comenzado, y con él, el tan esperado proceso electoral para elegir al próximo Papa y sucesor de Francisco. Este evento está rodeado de inmensas expectativas a nivel mundial, con la ilusión de que pronto se escuche el anuncio del ‘Habemus Papam’ mediante el acto simbólico de la emisión de humo blanco. La atención global se centra no solo en el resultado final, sino también en el proceso mismo que culmina con la elección de un nuevo líder espiritual.

Con 133 votantes en total, los Cardenales se dispondrán a celebrar su primera votación el miércoles por la tarde en la histórica Capilla Sixtina. Todos los ojos del mundo estarán puestos en la pequeña chimenea que, a través de su humo, dará aviso del desenlace de esa votación.

Antes de que se lleve a cabo la elección, los 133 cardenales participaron en una misa en la que se enfatizó la importancia de «la unidad de la iglesia», especialmente en tiempos considerados «difíciles y complejos». Este será un reto crucial para el nuevo líder de los 1.400 millones de católicos en todo el mundo, como lo recordó Giovanni Battista, decano del Colegio Cardenal y quien ofició la misa previa a la elección de sucesor del querido Papa de los pobres.

Los Cardenales se reunirán también en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico antes de dirigirse a la Capilla Sixtina, donde se desarrollará el cónclave con gran solemnidad y reverencia.

Cónclave: 89 votos necesitan al nuevo Papa

La Capilla Sixtina se encuentra completamente preparada para recibir a los 133 Cardenales que participarán en la elección. Se han dispuesto varias filas de posaderos con telas de colores marrón y rojo, donde se pueden leer los nombres de cada votante. Este icónico lugar, adornado con los magníficos frescos del Juicio Final pintados por Miguel Ángel en el siglo XV, proporcionará un ambiente solemne donde los «Príncipes de la Iglesia» ejercerán su derecho al voto en presencia de Dios y en un silencio respetuoso.

El primer día de votaciones se programará para que todos emitan un solo voto. En esta primera ronda, se espera que la mayoría de los Cardenales no logren alcanzar el umbral de dos tercios, es decir, al menos 89 votos, necesarios para proclamar al nuevo Papa, quien será el número 267 en la historia de la Iglesia Católica.

De ser así, se realizarán hasta cuatro rondas de votaciones a partir del jueves, con dos por la mañana y dos por la tarde. Es importante que la Capilla Sixtina no se convierta en un espacio donde se realicen discursos, debates o negociaciones, ya que los «bergoglistas» y los miembros de la ala más conservadora han tenido posturas diferentes, y el enfoque del pontificado de Francisco se ha centrado principalmente en la atención a los pobres.

Las verdaderas negociaciones y el intercambio de puntos de vista se llevarán a cabo durante las comidas o en reuniones en la residencia de Santa Marta y otras instalaciones del Vaticano, donde los Cardenales estarán aislados del mundo exterior y no tendrán acceso a internet, teléfonos celulares, televisión, ni prensa.

En las elecciones anteriores de Benedicto XVI y Francisco, el proceso tomó solo dos días. Sin embargo, la mayoría de los Cardenales estima que el cónclave actual podría extenderse a un máximo de tres días; los más pesimistas anticipan incluso que podría tardar hasta cinco. Sin embargo, todos los participantes han hecho un voto de secreto sobre cada aspecto del proceso.

El Papa Francisco, que realizó el 80% de las nominaciones cardenalicias para este cónclave, ha hecho de este uno de los más internacionales de la historia, con prelados de hasta 70 territorios diferentes.

En la Capilla Sixtina, el cardenal Pietro Parolin, el más antiguo de acuerdo con la Orden de Precedencia, liderará la invocación latina al Espíritu Santo: «Veni, Creador Spiritus».

Aparte de mantener el secreto en el proceso, los Cardenales también se comprometen a «servir fielmente» como Papa si alguno de ellos es elegido en este cónclave histórico.

Poco después de que se emita el grito de «Omnes » (todo afuera), las puertas se cerrarán y comenzará el acto de votación. Cada Cardenal escribirá el nombre de su candidato en una boleta, que luego doblará y colocará sobre una placa de plata, depositándola en una urna que se sitúa frente al famoso fresco del Juicio Final.

Las boletas se quemarán en una estufa: si no se obtiene el apoyo de dos tercios, se añadirá un químico para que el humo sea negro; en el caso de que haya un nuevo Papa, el humo será de color blanco, señalando al mundo que se ha alcanzado un consenso.

Pietro Parolin se encuentra entre los candidatos favoritos para suceder a Francisco, quien fue su secretario de estado durante 12 años. Otros nombres en la lista de posibles sucesores incluyen al italiano Pierbattista Pizzaballa, al húngaro Peter Erdő, al sri lankés Malcolm Ranjith y al español Ángel Fernández. Todo esto ocurre mientras los cardenales se han reunido casi a diario desde la muerte de Bergoglio el 21 de abril, para discutir las cuestiones cruciales que enfrenta la iglesia, incluidos los temas de finanzas del Vaticano, el escándalo de abusos sexuales, la unidad y el perfil del próximo Papa.

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