
Moncloa lo ha dicho claramente: (al menos hoy) no se trata de seguir los pasos de otras naciones vecinas, como Alemania, y recuperar el servicio militar. Ni siquiera de forma voluntaria. Eso no quita que en España haya un tipo de iniciativa que está cogiendo fuerza: los campamentos juveniles que emulan (en parte) a los viejos ‘militares’ y prometen un cóctel basado en disciplina militar, deporte, naturaleza y lecciones de supervivencia dignas del preparadores.
Y eso nos dice mucho sobre la sociedad española.
Un porcentaje: 42% hace unos meses un estudio de YouGov generó debate con un porcentaje: 42%. Según sus cálculos, esa es la proporción de españoles que acogen a jóvenes que tienen que realizar el servicio militar obligatorio, la antigua ‘mili’, una prestación desaparecida en nuestro país hace casi 24 años.
El porcentaje es más bajo la de otras naciones vecinas, como Francia (68%), Alemania (58%) o Italia (49%) y revela también que hay un 58% de españoles que o se oponen al regreso de los ‘militares’ o no tienen una opinión firme al respecto; pero arroja otra lectura igualmente incuestionable: hay un número considerable de españoles (especialmente entre los votantes del partido conservador y ciudadanos mayores) que son reconocidos a favor del entrenamiento militar obligatorio.
No digas militar, di campamento. Hoy el gobierno no parece muy dispuesto para recuperar a los militares (Pedro Sánchez vino a admitir lo que para él era «una pérdida de tiempo»), pero eso no quita que haya iniciativas y negocios que estén prosperando al calor de este renovado empuje militar. Lo confirme hace unos dias El confidencial en un informe en el que pone el termómetro al interés que están despertando en nuestro país los campamentos con ecos militares.
Hay dos datos que lo corroboran. Según el periódicoAhora mismo estos cursos movilizan a más de 2.000 jóvenes cada verano y suponen en torno al 5% de la facturación del sector de los campamentos de verano, una amplia gama que incluye los campamentos urbanos y los orientados a idiomas y ciencias. Puede que no parezca mucho, pero hace una década apenas existían.
«Detectar puntos débiles». Una búsqueda rápida en Google es suficiente para encontrar campamentos militares en Madrid, Castilla-La Mancha ola Comunidad Valenciana. Sus actividades se centran en el verano, dan un protagonismo a los jóvenes y, aunque puede haber diferencias Entre ellos comparten una serie de ingredientes: uniformes, naturaleza, deporte, un discurso muy centrado en la disciplina y el entrenamiento en nociones básicas orientadas a la supervivencia, que incluye desde lecciones para orientarse con la ayuda de una brújula hasta cómo detener una hemorragia. en algunos la ecuación incluso suma armas airsoft.
«Nuestro campamento es militar, no militar. No somos la entrada al ejército ni preparamos a los jóvenes para entrar en ningún otro cuerpo como la Policía Nacional o la Guardia Civil», explica José Gómezun exmilitar de 54 años que ha impulsado un campamento de verano en Sigüenza dirigido a jóvenes. «Se busca detectar los puntos débiles de cada persona y ayudarle a mejorar.» La apuesta no sale nada mal. Arrancó hace cuatro años con apenas 14 niños y en la última edición superó los 200. «En una semana los niños salen de aquí endurecidos».
«15 días no cambian la vida». Los campamentos destacan por su disciplina y «valores como la lealtad, el sacrificio y el trabajo en equipo», como destaca el responsable de una de estas instalaciones. Sin embargo, no todos comparten su optimismo. En 2024 elDiario.es hizo eco desde la opinión de algunos expertos que cuestionaron su efectividad para los padres que buscan inculcar disciplina a sus hijos.
«No hay necesidad de pensar en qué ponerse [a un niño] a un campamento que funciona a golpe de silbido te lo devolverá cambiado. 15 días no cambian la vida de nadie», reflexionó Mónica Nadal, de la Fundación Bofill. El Instituto de la Juventud (Injuve) también ha mostrado su sospecha ante este tipo de campamentos.
¿Solo ocurre en España? No. De hecho hay otros paises en los que desde hace algún tiempo se han establecido campamentos militares para jóvenes, como EE.UU, Rusia cualquiera Porcelana. Nuevamente los detalles pueden variar, pero hay ciertos elementos en común, como la disciplina, los ecos paramilitares y el discurso patriótico.
El fenómeno tampoco es ajeno a Europa y va más allá de los jóvenes. En medio del debate sobre el aumento del gasto en defensa, con la guerra en Ucrania como telón de fondo, un Putin envalentonado y siembra de triunfo Dudas sobre el futuro de EE.UU. en la OTAN, en la UE hay países que han reabierto el debate sobre lo militar o directamente han empezado a recuperarlo. Uno de los últimos ha sido Alemania, que ha reforzado sus Fuerzas Armadas con el servicio militar voluntario.
El ejemplo de Dinamarca. Dinamarca deja otro ejemplo interesante. Allí la Guardia Nacional (Hjemmevaernet o HJV) está viviendo un auténtico boom, con datos de reclutamiento que no se veían desde los años 80, en plena Guerra Fría. Durante el primer trimestre, algo más de 1.700 daneses rellenaron y confirmaron el formulario para inscribirse en este organismo formado por voluntarios capacitados para intervenir en emergencias y dar apoyo al ejército del país.
Como referencia, durante el primer trimestre de 2024 se habían registrado poco más de 1.000 y en 2023 la cifra no llegaba ni a 700. Los integrantes del HJV son voluntarios, personas que en su día a día trabajan en oficinas, tiendas, fábricas, colegios… pero reciben formación para, por ejemplo, colaborar durante labores de vigilancia, búsquedas o en emergencias meteorológicas.
Centrándose en la Generación Z. El fenómeno no sólo coincide con un escenario geopolítico convulso. Como señaló recientemente Elisabeth Braw en una columna de Tiempos financierosTambién conecta con algunas obsesiones de la cohorte más joven, precisamente la que ahora está llegando a la edad de reclutamiento. «Una epidemia de soledad y la obsesión de la Generación Z por el ejercicio físico podrían ayudar a los países occidentales a reforzar la defensa civil», reflexiona Braw.
No es sólo teoría. En Alemania las solicitudes de servicio militar voluntario han aumentado un 15% en cuestión de un año, en Suecia el sistema de «defensa total» Totalförsvaret Integra ya a decenas de miles de ciudadanos que apoyan al ejército y en los países bálticos también se ha reforzado el «militarismo civil».
Imágenes | 7AV 7AV (sin salpicar) y Lote Srichaiya (Unsplash)
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