Un día como hoy, hace 75 años, cuando las manecillas del reloj marcaban las 20:00 horas, según mi partida de nacimiento, también llamada partida de bautismo, vine a este mundo en mi casa de Monguí, en aquel entonces lo que hoy se llamaría un lugar poblado. Y nací de pie, según me dijo mi tía Brígida, la Negra Acosta. Este, que es un parto difícil y de mal pronóstico, se conoce como parto de nalgas.
Le pregunté a la Inteligencia Artificial, que compite con la inteligencia humana, qué significado tiene, qué mensaje lleva, nacer de pie y esto fue lo que respondió: Feliz cumpleaños. Ser suerte, buena señal. Sin embargo, la intuición y la experiencia me han convencido de que también la suerte, que según Voltaire «se produce cuando la preparación y la oportunidad se encuentran», hay que ganarla. Además, como decía Virgilio, “la fortuna ayuda a los audaces” y si hay algo que me caracteriza es la audacia.
La canción vallenato lo dice bien recordando mi infanciadel compositor Camilo Namén Rapalin “La vida es bella” cuando alguien es un niño y cuando alguien es un niño «Quiere que la luz crezca», para luego, con el tiempo, añorar esos años de juventud llenos de sueños e ilusiones sin fronteras ni barreras. Es una contradicción que embarga a las personas y se repite en la vejez, que, según dice Rodolfo V. Talice, en su obra magistral El arte de vivir intensamente durante 100 años«el hombre lo odia, aunque paradójicamente persiste en ello, porque en él ve la imagen de su cruel despojo«Entonces entendemos la idea copernicana de que el tiempo no pasa, nosotros pasamos mientras el tiempo permanece inalterado.
Sin embargo, si miras de cerca, no hay razón para odiarlo. vejez y menos aún evitarla, porque nacemos en la vida para cumplirla y darle sentido y contenido. Junto a ella viene la paciencia, la madurez de juicio, un mayor conocimiento y un mayor discernimiento, asistente esencial para la toma de decisiones importantes y trascendentales. Esta es una etapa gratificante y gratificante de la vida. inteligencia madurael que está más cerca de la sabiduría. De ahí el respeto que los pueblos indígenas tienen por ancianos tribalesporque son los portadores de conocimientos ancestrales.
Estoy de acuerdo con nuestro premio Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, en que nunca se debe pensar en la edad. Como una gotera en el techo que te dice cuántas vidas te quedan.«. Y más aún cuando termina por «La edad no es lo que uno es, sino lo que uno siente.«Al fin y al cabo, como dice el gran pensador español José Ortega y Gasset, «La vida no es la suma de lo que hemos sido, sino lo que anhelamos ser.«.
Bien se ha dicho que “la juventud no es una tiempo de la vida, es un condición mentalmente. Nadie envejece con sólo vivir unos años; la gente envejece abandonando ideales. La edad desgasta la piel, pero la pérdida del entusiasmo desgasta el alma. Preocupación, duda, inseguridad, miedo y desesperanza, son largos años que pesan sobre la cabeza y convierten en polvo el espíritu de crecimiento. Tengan sesenta o setenta años, en el corazón de cada ser está el amor por lo maravilloso, la dulce maravilla de las estrellas y el cielo en la mente, el desafío invencible, el apetito infantil inagotable por lo que está por venir y la alegría de participar en el juego de la vida.. Eres tan joven como tu fe, tan viejo como tus dudas; tan joven como tu certeza, tan viejo como tu miedo; ¡Tan joven como tu esperanza, tan viejo como tu inquietud!
En este sentido, presentamos el pensamiento del gran pensador Ernesto Sabato, que espero sirva de moraleja para todos nosotros: «No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondar en un momentoni ninguna otra manera de llegar a la universalidad excepto a través de las circunstancias mismas: hoy y aquí…En la vida hay un valor que muchas veces permanece invisible para los demás, pero que se escucha en lo más profundo del alma: Es lealtad o traición a lo que sentimos que es un destino o un llamado a cumplir.…”.
Es muy triste llegar a la cima de los años, cuando se han gastado inútilmente en nada; pero es muy satisfactorio cuando entiendes la vida como una misión y no como una carrera, porque «vivir es tener una misión, En la medida en que se evite la lucha por un propósito que valga la pena, la vida estará vacía.Más cuando ese propósito era «aprender a seguir aprendiendo, sí hacer aprendizaje«, como lo hizo Thomas Huxley, «quizás una forma de vida la mejor manera de todas las vidas posibles«Sólo este año cumplimos 50 años continuamente dedicado a la docencia y a la investigación universitaria, tras lo cual llegué a la conclusión de que ¡Lo que mejor se enseña es lo que se enseña!
Finalmente, como buen guajiro, mi tótem es el cardonel mismo para quien nuestro juglar Leandro Díaz compuso una de sus más bellas composiciones, que dice en el texto: «Yo soy guajiro cardonque el sol no marchita… cardón en mal país no tiene tiempo de derribarlo. En cambio, en tierras húmedas nace de muy poca vida. Por eso en La Guahira el cardón nunca termina. La naturaleza nos da todo el poder.. Esto le dio a Cardón la fuerza para no dejarse vencer. Me comparo con él, tengo la misma dureza.”!
Amylcar Acosta