
La conversación, titulada ‘Cuida el idioma’, reunió a la poeta gallega Berta Dávila y a María, junto al poeta catalán Jaume Subiana. Los escritores compartieron sus procesos creativos de una manera que se sintió auténtica y personal, al mismo tiempo que abordaron la tensión que se genera entre los idiomas. Este aspecto fue de suma importancia, ya que sus obras evidencian cómo el diálogo con la tradición literaria española les ha permitido construir puentes entre sus lenguas y el castellano, un idioma que, a menudo, ha sido visto como el predominante.
Jaume Subiana destacó que su escritura en catalán “no es un acto político, sino una forma de intimidad” que celebra la vitalidad de la literatura en su lengua. Este enfoque pone de manifiesto que la escritura puede ser un refugio personal y un medio para explorar identidades multifacéticas en un mundo donde el diálogo entre culturas es cada vez más necesario.
Los tres escritores, todos comprometidos con plasmar las particularidades culturales y lingüísticas que envuelven sus poemas, subrayaron la importancia de expresar sus pensamientos en su lengua materna. Afirmaron que, aunque prefieren crear en sus lenguas originales, también sienten la responsabilidad de traducir sus obras al español, lo cual les permite llegar a un público más amplio. Esta práctica no solo amplía su audiencia, sino que también resalta las ricas diferencias que existen entre los idiomas.
Por otra parte, María enfatizó que tanto el catalán como el gallego fueron históricamente ‘colonizados por el español’, lo que ha obligado a los escritores de estas lenguas a posicionarse frente a esta hegemonía. Esta dinámica no solo ha afectado las obras literarias, sino que ha influido en la forma en que los autores se ven a sí mismos dentro de su contexto cultural. Hay una lucha constante por la reivindicación de sus lenguas y tradiciones, algo que se evidenció en la conversación y que resonó en los asistentes.
Dávila y María también hablaron sobre el riesgo inminente de la desaparición del gallego y el reto que supone escribir en un idioma que, muchas veces, se restringe a “espacios íntimos o domésticos”, como enfatizó Dávila. Este desafío invita a la reflexión sobre cómo las lenguas pueden ser vistas no solo como medios de comunicación, sino como vehículos de cultura y resistencia.
Este coloquio formó parte de la rica programación del pabellón de España, que este año es el país invitado del Filbo. La participación de escritores de tan diversas tradiciones lingüísticas pone de manifiesto la riqueza cultural y la diversidad lingüística que caracterizan a la región, demostrando que las distintas voces literarias son esenciales para una narrativa más inclusiva y representativa. Este evento inspiró a muchos a apreciar la diversidad del lenguaje y la riqueza que emana de cada cultura literaria, reforzando la idea de que cada idioma tiene su lugar en la historia y el arte.