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un río que les robó la memoria – En un click

un río que les robó la memoria

 – En un click

En el norte de la Península Ibérica fluyen las aguas de un río que regaba las pesadillas de las tropas romanas. Y no, no por su caudal furioso, ni por sus remolinos, ni por su longitud, ni porque sea hogar de fieras o paso habitual de temibles guerreros. ¿Qué pasa? Si el que hoy se conoce como Río Limia Fue capaz de agitar los sueños de los legionarios enviados por Roma por su leyenda.

Cuando miraron sus aguas, los soldados creyeron observar nada más y nada menos que las oscuras profundidades del leteouno de los ríos del inframundo de infierno.

En un lugar del norte… La historia de Limia es una historia digna de un comienzo épico, a la altura de Don Quijote o las historietas de aquel irreductible pueblo galo del que nos hablaban. Uderzo y goscinny. En sí mismo no es un río especialmente llamativo: nace en la provincia de Ourense, en el Monte Talariñoa una altura de 985 metros, y se extiende 108 km hasta desembocar en el Atlántico. Antes discurre por el sur de Galicia y el norte de Portugal, donde atraviesa las localidades de Ponte da Barca, Ponte de Limia y Viana do Castelo. Si ha pasado a la historia y ha quedado vinculado a la crónica romana es sin embargo por su simbolismo, más que por sus datos.

Un río digno del inframundo. Puede resultar sorprendente en el siglo XXI, pero en la época romana se creía que el Limia era un río único, digno del inframundo. Y no cualquiera. Como recordar Desde el propio Ministerio de Agricultura se tejió una sorprendente leyenda en torno a sus aguas: se creía que se trataba ni más ni menos que del leteoo Leteo, uno de los cinco ríos que atraviesan el Hades.

Allí compartió la tierra de los muertos con otros canales igualmente siniestros, como el Flegetonteun canal de fuego; o los ríos Aqueronte y cocitoconocida por sus aguas de aflicción y lamentos. Entre todos ellos, Lethe destacaba por una peculiaridad temible. Se consideraba el río del olvido. Quienes bebían de él padecían un olvido total, perdiendo la memoria por muy felices que fueran.

Leteo pasa por aquí. Si los legionarios romanos creían más o menos en los relatos de su mitología y en el poder mágico de las aguas del Limia, lo que se puede intuir es que la leyenda estaba razonablemente extendida en la época.

esto lo refleja el diccionario de sinónimos en sí de Patrimonio Cultural de España, que recuerda que el Limia era conocido como Belión o Lethes, precisamente por «la confusión con el río del Olvido mencionado en el Hades». Así lo llama realmente el geógrafo griego. Estrabón. «Se creía que hacía perder la memoria a quienes lo cruzaban, lo que dificultó durante años los conflictos romanos en este entorno, ya que los militares se negaban a cruzarlo», añade. la ficha que le dedica el Ministerio de Agricultura.

Leyenda con fecha de vencimiento. La leyenda de la Limia no sorprende sólo por su trasfondo y popularidad. Igualmente curioso es que se puede asociar a una fecha muy concreta, que sirvió para ahuyentar los miedos de los soldados romanos. Según la tradición, en el año 138 a.C. el general Décimo de Junio ​​BrutoEmprendió una campaña de conquista por el norte de la península, comprobó que sus tropas se negaban a cruzar el Limia por miedo a perder la memoria.

Para demostrarles que sus temores eran infundados, el oficial decidió dar ejemplo y dejar una imagen «similar» -con todas las citas del mundo, claro- a la que Fraga ofrecería siglos después en Palomares: se metió en el agua para demostrar con su carne que era inofensiva. Así, estandarte en mano, el buen general cruzó el Limia hasta llegar a la otra orilla y luego se dedicó a llamar a sus soldados por su nombre. Uno por uno. Primero, dejar claros tus pedidos. Segundo, y no menos importante, demostrar de manera incontestable que las aguas de aquel arroyo del norte no habían borrado su memoria.

Una hazaña que aún se recuerda. Ironías de la historia, esa hazaña con la que Décimo Junio ​​Bruto quiso demostrar que conservaba su buena memoria ha conseguido que hoy, más de 2.000 años después, seamos nosotros quienes le sigamos recordando. Sobre él y todo lo que rodeó la leyenda de Limia. Durante décadas en Xinzo de Limia Se celebra cada verano. «Fiesta del Esquecemento» (Fiesta del Olvido, en gallego), una celebración histórica con conciertos, desfiles, mercadillo… y una recreación del cruce del río, con combates a orillas del Limia.

Cosas sobre el agua… o el vino. Más allá de la festividad, lo cierto es que la leyenda del Leteo gallego sigue despertando interés aún hoy, en 2023, y se siguen escribiendo con frecuencia artículos que hablan de la hazaña de Junio ​​Bruto o del origen de la leyenda. El debate publicado recientemente un informe en el que recoge las teorías de Estrabón o Virgilio para explicar por qué el Limia estaba asociado al Leteo, como el supuesto olvido que padecía el pueblo turduliano al cruzar sus aguas.

Por supuesto, no todas las explicaciones eran mitológicas. El poeta romano incluso sugiere que la explicación bien podría ser otra, de carácter más prosaico: la abundancia de vino en la región y su –sí– innegable efecto sobre la memoria.

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