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La UE no retrasará la ley contra la deforestación importada, pero la flexibilizará – En un click

La UE no retrasará la ley contra la deforestación importada, pero la flexibilizará

 – En un click

Bruselas, 22 oct (EFE).- La Comisión Europea no pospondrá un año más la implementación de la ley contra la deforestación importada por un problema informático, como anunció, y la normativa se aplicará a partir del 30 de diciembre de 2025, pero con cierta flexibilidad en multas y burocracia, informaron a EFE fuentes europeas.

El Colegio de Comisarios de Gestión Comunitaria aprobará este martes mediante procedimiento escrito los cambios en el reglamento que busca evitar que determinadas materias primas y productos derivados consumidos en la UE provoquen deforestación, ya que entre 1990 y 2020 se ha destruido en todo el mundo una superficie de masa forestal mayor que la de la UE, y casi el 10% es atribuible al consumo europeo.

El reglamento, conocido en la jerga comunitaria como Reglamento EUDR, afecta a la ganadería, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja, la madera y el caucho, incluidos productos derivados como el cuero, el chocolate o los muebles, y originalmente debía entrar en vigor el 30 de noviembre de 2024.

La ley contra la deforestación importada, presentada en 2021 y adoptada en 2023 como parte del Pacto Verde Europeo, establece que las empresas que importen estas materias primas a la UE deberán demostrar mediante un sistema de geolocalización que no han generado deforestación o degradación de las masas forestales de donde se obtuvieron los recursos.

El texto, que no gusta a la administración estadounidense de Donald Trump, también ha recibido críticas desde su inicio por parte de otros países como Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, Indonesia, Malasia y Canadá.

Además, los ministros de Agricultura de diecinueve países de la UE (Austria, Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Finlandia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia y Suecia) enviaron una carta a la Comisión pidiendo simplificación.

pasado controvertido

Hace un año, el reglamento fue duramente criticado por la extrema derecha y por el Partido Popular Europeo, la familia política de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Pidieron que se retrasara y suavizara, mientras que el Grupo Socialdemócrata y los Verdes exigieron mantener el rumbo.

A la Confederación Europea de Industrias de la Madera tampoco le gustó, pero los grandes productores de chocolate, como Nestlé, Mars Wrigley y Ferrero, defendieron la normativa.

En medio de esta polémica, y con la legislación medioambiental perdiendo tracción en Bruselas frente a conceptos como competitividad o defensa, hace apenas un año la Comisión retrasó doce meses su implementación para facilitar su adopción por parte de los «socios globales», afirmó entonces el Ejecutivo.

Esta primera prórroga se extendería hasta finales de diciembre de 2025 para las grandes empresas y hasta junio de 2026 para las pequeñas.

Meses después, en mayo de 2025, la Comisión publicó la lista de países cuyas exportaciones a la Unión Europea de los productos previstos por la ley podrían provocar deforestación en origen, cuya elaboración provocó polémica entre los Estados que temían ser señalados. Finalmente, Bruselas incluyó sólo a Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Birmania en la categoría de «alto riesgo».

Tres nuevos cambios

La primera de las tres grandes modificaciones que ahora se han introducido se refiere a la aplicación de la ley, que se aplicará a partir del próximo 30 de diciembre, tal y como estaba previsto.

La Comisión explicó en septiembre que había detectado un problema en los sistemas informáticos, al no poder procesar el gran volumen de informes, y que necesitaría un año para solucionarlo.

Sin embargo, la versión revisada del reglamento, que en principio será la definitiva, mantiene los plazos. Pero prevé que las multas no se aplicarán hasta seis meses después de la entrada en vigor de la normativa, añadieron las fuentes.

Además, las pequeñas y muy pequeñas explotaciones agrícolas y madereras se verán aliviadas al aliviar la carga burocrática, de modo que sólo tendrán que declarar sus compras una vez al año y no con cada adquisición.

Los bosques, que desempeñan un importante papel contra el cambio climático al secuestrar CO2, también albergan el 86% de la biodiversidad terrestre mundial y proporcionan 86 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, según información gestionada por el Consejo de la UE a partir de datos de la ONU y la FAO.

En vísperas de la cumbre climática COP30 que Naciones Unidas organizará en noviembre en Belém (Brasil), una coalición de ONG y grupos de investigación publicó la semana pasada un informe en el que alertan de que en el mundo se perderán 8,1 millones de hectáreas de bosque en 2024, una superficie de masa forestal equivalente a la mitad de Inglaterra.

Concluyen que el ritmo de pérdida de bosques es mayor que en 2021, cuando los líderes mundiales se comprometieron a luchar para frenar este proceso, que se tradujo en la UE en la citada regulación contra la deforestación importada. EFE

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