
Imagen: Yaghobzadeh Alfred/Abaca/Picture Alliance
Circunstancias desorsearias para la libertad de expresión en el mundo. En América Latina, varias naciones disminuyen algunas posiciones.
En el año 2024, se observó un deterioro significativo en la situación de la libertad de expresión en varios países, incluyendo Argentina, El Salvador y, de manera notable, Nicaragua. Esta tendencia global se ha visto exacerbada por la reaparición de Donald Trump en el poder, lo que ha generado una «disminución inquietante» en la libertad de expresión particularmente en los Estados Unidos. Este análisis se basa en el informe más reciente de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que fue publicado el 2 de mayo de 2025, y que destaca los desafíos actuales que enfrenta la prensa en diversas naciones.
La caída en los índices de libertad de expresión en Estados Unidos no es un fenómeno aislado; está relacionado con una dinámica más amplia a nivel mundial. Por primera vez desde que RSF comenzó a publicar su clasificación de libertad de prensa en 2002, la organización ha expresado preocupaciones sobre un “desafío” en este ámbito. Esta situación plantea interrogantes sobre cómo las políticas nacionales e internacionales están afectando la integridad y la independencia del periodismo.
Trump y libertad de prensa
En el más reciente ranking de libertad de prensa, Estados Unidos ha bajado dos posiciones, colocándose en el puesto 57 de un total de 180 países. En 2024, el país ya había perdido 10 posiciones en esta clasificación, pero el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero ha propiciado un «deterioro preocupante» de la libertad de prensa, de acuerdo con el informe elaborado por la organización con sede en París.
Según RSF, «su administración ha revertido las instituciones políticas, ha disminuido el apoyo a los medios independientes y ha excluido a los periodistas», quienes se enfrentan a un aumento de la hostilidad y una disminución de la confianza pública hacia los medios de comunicación. Este informe también destaca cómo la administración Trump ha interrumpido el financiamiento de medios públicos internacionales, como Voice of America, lo que ha dejado a «cientos de medios» en una crisis económica, tras la congelación de los fondos destinados al desarrollo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Las implicaciones de estas políticas son profundas y se extienden más allá de las fronteras de Estados Unidos. La erosión de la libertad de expresión en una nación tan influyente puede tener repercusiones en la manera en que se ejercen y se valoran los derechos humanos y la libertad de prensa en todo el mundo. A medida que se intensifica la vigilancia y la regulación sobre los medios, es crucial que se tomen medidas para proteger y promover la crítica constructiva y la libertad de expresión como pilares fundamentales de la democracia.
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