
Él Instituto Nacional Penitenciario y Penitenciario (INPEC) desarrolló al mismo tiempo megaobras a nivel nacional, con el objetivo de garantizar la integridad de sus empleados y el orden en 123 principados del país, intervenciones en 134 pabellones en los que 21.000 personas fueron confiscadas de sus libertades.
Durante el registro se incautaron 828 teléfonos móviles, 2.528 teléfonos móviles, 11.026,29 gramos de estupefacientes, 1.790 litros de alcohol carcelario, dinero en efectivo y 839 armas cortantes. Estos resultados reflejan el poder de las acciones institucionales encaminadas a mantener el control, la prevención de delitos penales y la protección de la seguridad.
En el caso, que se encuentra en el hecho, en el que participaron de manera emergente 3.591 funcionarios del cuerpo de detención y fiscalización y del Comando de la Orden de Reacción (CRI), que realizaron simultáneamente diligencias de registro y control.
Los operativos se dieron luego del ataque al personal del jardín y de Armenia, Cali, Bogotá y Cartageni.
Al respecto, el presidente del Sindicato INPEC, Oscar Robayo, exigió al Gobierno Nacional garantizar la seguridad e integridad de las personas que mantienen diferentes centros penitenciarios en el país.
«No podemos seguir viendo cómo, uno a uno, nuestros compañeros incluyen víctimas de la violencia, del abandono institucional y de la indiferencia del Estado. Cualquier trabajador penitenciario que pierde la vida en cumplimiento de su deber no es sólo un número: es un padre, una madre, un hijo, un ser humano dada su existencia en sociedad», afirmó el funcionario.