

Tienes que prepararte para realizar un seguimiento de ‘Marta’, ‘Samuel’ o ‘Claudia’. Y no son los protagonistas de una nueva serie, sino los nombres que pudimos escuchar en las noticias durante este otoño e invierno. Todo porque el aemet ha anunciado De ahora en adelante, Danas de alto impacto tendrá su propio nombre, tal como sucede con las tormentas. Y tiene más marketing detrás de lo que pensamos.
El anuncio. Hecho a través de sus canales oficiales y acompañado de una lista completa de nombres que se utilizarán a partir de ahora en colaboración con los servicios meteorológicos de Portugal (IPMA), Francia (Météo-France), Bélgica (IRM) y Luxemburgo (Meteolux). El primer Dana que se bautiza será ‘Alice’.
Pero este movimiento, más allá de la anécdota, plantea una pregunta fundamental. ¿Realmente necesitamos este sistema para entender que se acerca una tormenta peligrosa? ¿No teníamos un término perfectamente establecido y temido por todos? Sí, estamos pensando en la «caída de frío».
Las diferencias. Durante años, los meteorólogos de Aemet han librado una batalla pedagógica por la sociedad para distinguir entre Dana y Cold Drop. Insistieron en que ‘Dana’ es el término técnico que describe un bolsillo aislado de aire frío en las capas superiores de la atmósfera. Un fenómeno relativamente común que no siempre desencadena lluvias torrenciales y catástrofes en la superficie.
Sin embargo, para el público en general, el concepto permaneció difuso. La palabra «dana» no tenía el poder evocador o la carga de advertencia que poseía la «caída de frío». La caída del frío, aunque meteorológicamente impreciso, era un concepto que todos entendían perfectamente: significaba cielos apocalípticos, lluvias torrenciales e inundaciones, especialmente en el arco mediterráneo.
El problema. El Aemet ha visto que usar el término Dana para todo creó mucha confusión. En su propio sitio web, señala que «el nombramiento de Danas con gran impacto ayudará a evitar que se asocien univocalmente con impactos graves o catastróficos».
Es decir, buscan crear una nueva categoría: el «Dana con un nombre», que sería el equivalente de la vieja y temida caída en frío, dejando el término «dana» (justo) para el fenómeno atmosférico general sin graves consecuencias.
Estrategia de comercialización. Namlar a Danas con nombres es una estrategia de comunicación brillante sin duda. Dar un fenómeno meteorológico un nombre lo humaniza, lo convierte en una entidad concreta y fácil de seguir en las redes sociales y los medios de comunicación. Sin lugar a dudas, es mucho más efectivo atraer la atención para decir que «el Dana ‘Benjamin’ se acerca a la costa» que «un sistema de baja presión asociado con un Dana causará inestabilidad».
Y es algo que ya se ha demostrado. Con las grandes tormentas que han recibido nombres como ‘Filomena’, la realidad es que se han registrado en la memoria colectiva y se asociaron con el impacto que iban a tener. Ahora queremos transferir este mismo efecto a un fenómeno que tiene como objetivo ser bastante común en nuestra vida diaria.
Lo que perdemos. La pregunta es si, en el proceso, no estamos perdiendo parte de nuestra popular cultura meteorológica. La «caída de frío» fue nuestro término, cargado de historia y experiencia. Fue la advertencia definitiva que pasó de abuelos a nietos. Ahora, es reemplazado por un sistema de nombres internacional y estandarizado, más preciso y efectivo para alertas, sí, pero también más aséptico que no transfiere esa tradición tan profundamente arraigada en muchos.
Ya tenemos el primero. Unas horas después de anunciar estos nuevos nombres, el aemet lo ha lanzado Antes de la llegada de unos días de lluvia pesada y persistente en el tercio oriental de la península y las islas Baleares. Es por eso que ahora se conocerá como ‘Dana Alice’ y ya está advirtiendo sobre el riesgo de inundaciones de este miércoles a domingo.
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