
Fue una marcha masiva en la que aproximadamente 2000 personas, según las estimaciones de los organizadores, de más de veinte países españoles, y por primera vez también llenaron a Filipinas al corazón de la capital de España con música y baile.
La gira, fiel a la tradición, comenzó en la Plaza de España con Argentina, un país invitado en esta quinta edición de Hispanity, que abrió la marcha.
Entre los países participantes, México colocó el alma con grupos como ‘Legends o México’ o el mariachi ‘Sol de América’, que cegó trajes bordados manualmente y bailes tradicionales llenos de ritmo.
Del mismo modo, el sonido de los tambores de Honduras, los bailes Afros de Guinea Ecuatorial, el vestido multicolor de Ecuador o las Compassas Dominicanas hicieron que la Gran se convirtiera en un mosaico vivo de ritmos y acentos.
Entre las balsas participantes, las de Costa Rica al grito de la ‘vida pura’ y sus brillantes disfraces, y el de Argentina en el ritmo del tango y sus diversos bailes populares.
Madrid también tuvo su prominencia, ya que la compañía de teatro de Morboria rindió homenaje a Francisco de Goya con una obra inspirada en sus personajes populares, acompañados por la banda sinfónica complementaria y la federación de grupos tradicionales de Madrid.
Por primera vez, al desfile asistieron varios organismos de seguridad de los Estados Unidos de la Asociación Internacional de Policía (IPA), que fue entre aplausos públicos y una apariencia curiosa, proporcionando un contacto sin precedentes y simbólico con la diversidad y la cooperación internacional.
«Es una forma de participar entre diferentes culturas que participamos en el mismo idioma», dice Ephela, una residente colombiana en Madrid que fue al viaje con su familia.
Carla, una joven de nicaragua que desfila su tradicional traje de piloto azul y blanco, ha elevado el espíritu del día: «Es maravilloso poder representar a mi país y sentir que estamos aquí en Madrid también en casa».
El lema de esta edición, «todos los acentos que encajan en Madrid», se convirtió en una realidad durante más de dos horas de desfile, en el que la diversidad era la protagonista auténtica. Efusión