






La tranquilidad del vecindario Paseo Bolívar fue sacudida esta semana por una operación judicial que subraya la persistencia de uno de los crímenes más aberrantes de Cartagena: Abuso sexual de menores.
Con la captura de un hombre de 42 años, supuestamente ha cometido acceso carnal abusivo contra una niña de 12 años, La cifra de aprensiones de delitos sexuales en la ciudad durante el 2025 aumentó a 69.
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La violencia contra las niñas a menudo se da en la familia. Foto:Jaiver Nieto. Tiempo de archivo
El informe oficial de la policía metropolitana de Cartagena señala que el tema fue capturado por funcionarios de la Unidad de Investigación Criminal Básica, en coordinación con la oficina del Fiscal General.
El detenido era vecino de la víctima Y, según la policía, aprovechó el fideicomiso para ingresar al niño en gran parte de su propiedad y cometer los abusos.
Los hechos investigados habrían ocurrido en 2024.
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Thalita Qum: ‘Girl, Get Up’, en arameo
Marcha contra la violencia contra los niños. Foto:Esneyder Gutiérrez
La captura fue posible gracias a la valiente queja de un pariente de la víctima, un paso crucial que el general de brigada Gelver Yecid Peña Araque, comandante de la Policía Metropolitana, dijo:
“Gracias a la denuncia de la víctima sobre los Vexars sexuales presuntamente cometidos por el detenido, los funcionarios de la Unidad de Investigación Criminal Básica […] Pudieron avanzar en los procedimientos judiciales que culminaron con su captura. «
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Contexto: una crisis de abuso crónico
No es hora de callarse. Foto:Juan Manuel Vargas / El TIempo
La cifra de 69 capturas por delitos sexuales en menos de diez meses es el reflejo de un problema estructural y crónico en Cartagena.
La ciudad, que atrae a millones de turistas anualmente, ha sido históricamente indicada como un enfoque rojo en términos de explotación sexual comercial de niños y adolescentes (ESCNNA), pero la violencia sexual doméstica y comunitaria es igualmente devastadora.
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El abuso de menores en Cartagena ocurre en un contexto de vulnerabilidad social y económica, donde el agresor suele ser una persona confiable (familia, vecinos, conocidos), aprovechando la dinámica del hacinamiento y la pobreza que caracteriza a muchos vecindarios periféricos de la ciudad. El impacto del conflicto y el desplazamiento armados internos también ha dejado secuelas profundas, empujando a muchas familias con situaciones de riesgo que facilitan estos crímenes.
Las organizaciones civiles, el Defensor del Pueblo y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) han advertido repetidamente que las cifras oficiales de captura solo representan la punta del iceberg. La revictimización, el miedo a la queja y la impunidad histórica dificultan que muchos casos salgan a la luz, lo que obliga a las autoridades a intensificar los esfuerzos de investigación y judicialización.
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Thalita QM: Esperanza contra la indiferencia
Talitha QM y su lucha contra la explotación sexual Foto:Yomaira Grandett
Para contrarrestar este flagelo, Cartagena ha sido escenario de campañas de prevención y conciencia múltiples. Una de las más destacadas y persistentes ha sido la iniciativa Thalita QM (que significa «niña, levantarse» en arameo).
Dirigida por la Arquidiócesis de Cartagena y apoyada por varias entidades públicas y privadas, Thalita QM es más que una campaña de marketing; Es un modelo de cuidado integral y espiritual diseñado para restaurar la dignidad y la vida de las víctimas de abuso y explotación sexual.
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La iniciativa se centra en:
1. Prevención y conciencia: Promueva la queja y educa a las comunidades sobre los riesgos y los signos de alerta.
2. Rutas de denuncia y acompañamiento: asegúrese de que las víctimas y sus familias conozcan los canales de ayuda y reciban apoyo psicológico y legal.
3. Restauración integral: Ofrezca un espacio seguro donde las víctimas puedan comenzar su proceso de curación, buscando ir más allá de la simple atención médica o judicial.
Esta campaña, junto con los esfuerzos del ICBF (que administra la línea 141 a nivel nacional para informar el abuso infantil, la violencia sexual y otras amenazas), busca romper el pacto del silencio que a menudo protege a los perpetradores y garantizar que tanto los niños como los adolescentes y sus cuidadores tengan herramientas para reaccionar.
La respuesta judicial: un grito
para ayuda en el sistema
El general de brigada, Peña Aqueque, enfatizó que la Policía Nacional y la Oficina del Fiscal continuarán con los procedimientos judiciales necesarios para llevar a los responsables ante la justicia. La captura del hombre de 42 años en Paseo Bolívar ilustra que la articulación entre la queja ciudadana y la acción de las autoridades es la forma más efectiva de combatir estos crímenes.
Sin embargo, el desafío ahora se transfiere al sistema judicial: para garantizar que las 69 personas capturadas reciban la penalización adecuada y que estos crímenes no están en impunidad, un factor que disuade a las víctimas de denunciar.
La ruta institucional: denuncia y protección
Madre blanca Nubia López y sus chicas Talitha Qum Foto:Yomaira Grandett
Cuando un miembro o testigo de la familia toma la difícil decisión de denunciar un caso de abuso o abuso, activa una maquinaria institucional que debe operar con velocidad y sensibilidad:
1. Activación de la Oficina del Fiscal: El proceso judicial comienza con la Oficina del Fiscal General, donde se recolecta la denuncia para iniciar una investigación penal. Es crucial que los funcionarios a cargo garanticen la protección de la identidad de la víctima y eviten la revictimización durante los interrogatorios y la recolección de evidencia. Es esta entidad, en articulación con la Policía Judicial (como la CTI), la que emite el arresto que garantiza y procesa a los presuntos agresores.
2. Activación de ICBF y línea 141: en paralelo, a menudo como línea de contacto, la línea 141 de las funciona ICBF. Esta línea nacional opera las 24 horas del día y es la herramienta principal para que cualquier ciudadano denuncie una amenaza o violación de los derechos. Al recibir la alerta, el ICBF interviene a través de sus centros zonales y la estación de policía familiar, asumiendo la protección administrativa del niño, que puede incluir la restauración de los derechos, la ubicación en los hogares de pasaje o el acompañamiento psicosocial y nutricional.
3. Sector de la salud: la salud y los hospitales también juegan un papel clave. El personal médico está obligado a notificar a las autoridades cuando asistan a un menor con signos de abuso o abuso, garantizando el protocolo de atención y la recolección de pruebas forenses.
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Talitha QM: Madre Blanca López y las niñas de los barrios San Francisco, Candelaria y La María. Foto:Yomaira Grandett
A pesar de la existencia de estas rutas, la desconfianza en el sistema y el miedo a las represalias son factores que continúan obstaculizando la queja en los barrios marginales de Cartagena.
Mientras que las autoridades piden a la comunidad que coopere y use la línea 141 antes de cualquier signo de abuso o abuso, la gran cantidad de capturas en lo que va del año reitera la necesidad de que Cartagena implemente políticas preventivas más profundas y más sostenibles, asegurando que la protección infantil sea una prioridad constante y no solo una reacción al horror.
Además, lo invitamos a ver nuestro documental:
Documario del periodista Jineth Bedoya. Foto:
Cartagena