




La capital de Magdalena Ha puesto fin a un ojo a la vista de uno de los Prácticas más comunes y peligrosas en su ecosistema de carretera: adulteración, ocultación o supresión de placas de vehículos.
La Secretaría de Movilidad de Santa Marta ha reforzado drásticamente sus controles y ha lanzado una advertencia inevitable: Los casos de manejo de placas se remitirán de inmediato a la oficina del fiscal general para iniciar procedimientos penales, Exponer a los delincuentes de sentencias de prisión que podrían llegar a nueve años.
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El anuncio, confirmado por Fidel Castro Tapia, jefe de la cartera de movilidad, marca un cambio de estrategia que Plantea el problema de una simple falta de tránsito a un delito grave contra la seguridad pública.
«Esta no es una travesura válida de los controles de evasión. Es una conducta grave, tipificada como un delito en el Código Penal Colombiano», enfatizó Castro Tapia.
Las motocicletas inmovilizadas en Santa Marta. Foto:Secretario de movilidad de Santa Marta
El funcionario fue claro al señalar que la adulteración de las placas configura el delito de falsedad en un documento público. Además de la inmovilización inmediata del vehículo y las multas que exceden los 15 salarios mínimos legales actuales (SMLDV) en el campo administrativo, la acción criminal se ha convertido en la principal disuasión. La advertencia es abrumadora: si estas prácticas buscan evadir las operaciones, engañar a la autoridad o encubrir actos criminales, pueden conducir a delitos adicionales que agravan significativamente la responsabilidad penal del delincuente.
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Aquellos que incurren en estas prácticas no solo están expuestos a sanciones económicas, sino también a procesos judiciales que pueden terminar en la privación de la libertad. La norma es clara y se aplicará con todo el rigor. Esta advertencia no es simbólica
Fidel Castro, Secretario de Movilidad
Santa Marta, territorio ilegal de motocicletas
La alta tasa de accidentes en las pistas incluye motociclistas. Foto:Tiempo de archivo
Para comprender la gravedad de la medida, es crucial comprender el papel central ya problemático que ha jugado la motocicleta en la vida de Santa Marta durante las últimas décadas. La ciudad, con una geografía que combina áreas urbanas densas y vecindarios periféricos de acceso difícil, ha visto en la motocicleta el medio de transporte ideal. Sin embargo, esta facilidad ha generado una profunda crisis de transporte informal e ilegalidad.
Históricamente, el uso de motocicletas se disparó como una solución de movilidad para sectores de bajos ingresos, dando lugar al fenómeno del motociclismo. Si bien inicialmente resolvió problemas de conectividad, rápidamente se desbordó la capacidad de regulación de la ciudad. El motociclismo ilegal funciona sin control, sin seguro y, lo que es peor, se ha convertido en una fachada para actividades criminales.
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El enlace entre placas falsas y crímenes
Las luces de la motocicleta están reguladas por la ley 769 de 2002. Foto:Istock
La alteración y el ocultamiento de las placas no son actos aislados; Son un equipo fundamental en la maquinaria de ilegalidad:
Evasión de control: Ocultar o alterar la placa es la forma más rápida de evadir multas de tráfico, peajes y, de manera crucial, los controles de las autoridades.
Facilitación del crimen: Las motocicletas son el vehículo favorito para la Comisión de Delitos de Alto Impacto en Santa Marta, como el robo a las personas (gráficos) y los homicidios selectivos (Sicariato). Con la placa oculta o adulterada, los delincuentes garantizan su anonimato y obstaculizan la trazabilidad del vehículo por las cámaras de seguridad y la policía judicial.
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Contrabando y tráfico ilegal: La cercanía de Santa Marta al Caribe y su papel como puerto lo hace vulnerable al tráfico ilegal de bienes y, a veces, al transporte de sustancias ilegales. Las motocicletas sin identificación clara son herramientas esenciales en estos micro-REDE de distribución.
Durante años, la laxitud en la aplicación de la ley Permitió que estas prácticas se normalizaran, generando un sentimiento de impunidad que socava la seguridad ciudadana. La ineficiencia del control administrativo condujo a la necesidad de recurrir al derecho penal.
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La respuesta de la autoridad: operaciones
articulado y judicialización
La nueva estrategia de la secretaría de movilidad del distrito se articula con la policía metropolitana y los agentes de tráfico en una ofensiva coordinada. El Las operaciones se han fortalecido en las vías principales, las áreas turísticas, los vecindarios periféricos y el acceso al transporte público.
Las acciones se centran en:
• Verificación visual y electrónica: inspección exhaustiva de las placas y cruce de información de tiempo real con bases de datos oficiales.
• Detección de dispositivos: búsqueda activa de mecanismos y dispositivos improvisados utilizados para ocultar o girar la placa simplemente presionando un botón.
• Judicialización inmediata: la derivación de los casos a la oficina del fiscal no espera el largo proceso administrativo, sino que busca la imputación de posiciones inmediatas, buscando la privación de la libertad como medida preventiva o sancionadora.
Fidel Castro Tapia advirtió: «Aquellos que incurren en estas prácticas no solo están expuestos a sanciones económicas, sino también a procesos judiciales que pueden terminar en la privación de la libertad. La norma es clara y se aplicará con todo rigor. Esta advertencia no es simbólica».
La medida busca restaurar el orden público, garantizar la trazabilidad vehicular y, fundamentalmente, proteger la vida de los ciudadanos, volviendo a Motorcla su función legítima como una herramienta de movilidad y no como un instrumento de delitos.
La batalla de Santa Marta contra la ilegalidad en dos ruedas apenas comienza, y la cárcel ahora es el destino más probable para aquellos que intentan burlarse de la ley con una placa adulterada.
Además, lo invitamos a ver nuestro documental ‘Explotación sexual en Cartagena: Voces silenciadas’
Documario del periodista Jineth Bedoya. Foto:
Cartagena