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El primer vuelo será en 2026 y señala su próximo gran avión – En un click

El primer vuelo será en 2026 y señala su próximo gran avión

 – En un click

Un ala que cambia en vuelo completo y un fabricante que quiere reinventar la aviación de la radio corta y media. Airbus se prepara Para probar en condiciones reales un concepto que ha estado madurando en sus programas de investigación. No es un ejercicio de laboratorio: la empresa ha marcado 2026 Como fecha para la primera toma de su demostrador, una aeronave que servirá para explorar si esta tecnología puede transferirse a la aeronave de corredor único. El desafío es ambicioso: coloque los cimientos de lo que será el gran heredero del A320.

Para el fabricante, el X-Wing es una pieza dentro de un rompecabezas tecnológico mucho más grande. La empresa funciona En motores disruptivos, materiales reciclables y plataformas inteligentes, y necesita decidir qué combinaciones ofrecen más ventajas. El ala capaz de modificar su forma está surgiendo como el candidato ideal para demostrar ahorros en el consumo y mejoras en el comportamiento de vuelo. Más que un prototipo aislado, es un banco de pruebas concebido para contrastar modelos teóricos con datos obtenidos en operaciones reales.

Un laboratorio volador para probar el ala que se transforma en el aire

El constructor aeronáutico decidió transformar una cita VII en un laboratorio volador. La aeronave, generalmente utilizada en la aviación ejecutiva, recibió un compuesto a gran escala que imita, en una escala reducida, la de un plano comercial futuro. Para unirse a ambos elementos, se diseñaron cajas de transición específicas, lo que además de garantizar la resistencia estructural proporciona espacio para el combustible y el sistema de aterrizaje. Esta solución permitió superar las limitaciones de un fuselaje no fabricado por Airbus y dejar salir El manifestante.

La clave del demostrador es cómo se adapta el ala a las condiciones de vuelo. Para evitar que un mayor tamaño implique más peso, los ingenieros incorporaron una bisagra semieelástica en las puntas, capaces de liberarse en situaciones de turbulencia intensa y, por lo tanto, reducir las cargas estructurales. Al mismo tiempo, la parte posterior del ala incluye tres aletas con pequeños tabuladores que pueden moverse de forma independiente y rápida. Con esta combinación, el perfil del ala cambia, optimizando el soporte y reduciendo la resistencia en cada fase de vuelo.

La compañía europea quería que el manifestante reflejara la filosofía de sus aviones de línea y reemplazó el sistema convencional de controles para un Alambre completo. Todas las superficies, desde los alerones hasta los estabilizadores traseros, se rigen por actuadores eléctricos vinculados a las computadoras de control. El dispositivo se manejará de forma remota desde la tierra, sin la necesidad de la tripulación a bordo, que abre el margen para pruebas más exigentes.

Antes de volar, el X-Wing debe superar una batería de pruebas en tierra. El fabricante europeo planea las pruebas de vibración estructural y la carga de alar durante este año, pasos necesarios para validar el diseño. Airbus ha solicitado a la Autoridad de Aviación Civil francesa (DGAC) el permiso de vuelo, que permitirá operar desde Cazauxf, al sur de Burdeos. El calendario proporciona disparos en el segundo trimestre de 2026 y un primer despegue a mediados de año, con vuelos esperados sobre el Vizcaya Gulf.

Prototipo en una cita de Cessna VII

Más allá del ALA, la hoja de ruta de Airbus incluye sistemas de energía y sistemas de energía de nueva generación. Entre ellos, destaca el ventilador abierto, desarrollado con CFM, que busca una mejora de la eficiencia de dos dígitos y será validado en vuelo con un A380 antes del final de la década. El constructor aeronáutico también apuesta por expandir el uso de combustibles Sostenible hasta el 100% y para introducir arquitecturas híbridas. Este último utilizará la electricidad en las tareas en el tablero y reducirá aún más las emisiones de cada viaje.

La innovación no se limita al ala o al motor: También alcanza materiales. Airbus está probando compuestos termoplásticos avanzados que prometen aligerar la estructura y, al mismo tiempo, lo hacen más sostenible. Ante los compuestos actuales, se pueden reciclar más fácilmente y permitir ciclos de fabricación más ágiles. El proyecto MFFD ha servido como un banco de pruebas, lo que demuestra que es posible reducir el peso sin aumentar los costos. La planta de Filton, en el Reino Unido, se ha convertido en uno de los centros nerviosos de esta transformación.

El plano futuro no se construirá solo con alas más eficientes o motores diferentes, también dependerá de un sistema digital común que proporcione nuevas capacidades. La compañía europea trabaja en plataformas conectadas capaces DE actualización en tiempo realIntegre aplicaciones y anticipe fallas con mantenimiento predictivo. La automatización también tendrá un papel creciente en asistencia para el piloto y en las operaciones de la tierra. El X-Wing es, en este sentido, una pieza inicial de un rompecabezas mayor: demostrar qué tecnologías son maduras y cuáles deben esperar antes de dar el salto comercial.

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