






Antes de la posible devolución de las fumigaciones aéreas de los cultivos ilegales, como un ‘reverso’ en la posición del Presidente Gustavo Petroel gobernador de Valle del Cauca, Dilian Francisca ToroSeñaló que La propuesta implica una estrategia completa con alternativas económicas legales para los campesinos. Reiteró que no se trata de fumigar y dejar a las comunidades sin hogar.
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Involuciones de drogas en el valle. Foto:Policía
La propuesta
Aunque el presidente dijo que acepta usar glifosato, a través de drones, insistió en que los planes piloto deben ser promovidos, pero tener esas opciones para la población. Según el gobernador, no se trata de fumigar y que las comunidades no tienen otro medio de sustento.
«Que no solo podíamos erradicar cultivos ilícitos, Pero también he preparado de inmediato la economía legal que reemplazará al ilícito ”, dijo.
El presidente enfatizó que el uso de la tecnología aérea no es la única forma y que el éxito radica en las comunidades acompañantes con programas que generan estas alternativas a lo largo del camino de la legalidad.
«Tengamos en cuenta que los campesinos sembran porque necesitan y esos campesinos necesitan que reemplacemos esa economía ilícita para que puedan tener sus ingresos», dijo.
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Adulto mayor con 48 kilos de drogas en la terminal Cali. Foto:Policía metropolitana de Cali
En referencia a un piloto, el presidente agregó que el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, le dijo que el alcance podía analizarse. «Estamos explorando cómo hacemos un piloto en Jamundí», por ejemplo, dijo el gobernador del Valle del Caucanos.
Para el gobierno nacional, la fumigación del glifosato sería una medida que reduciría la economía de los grupos fuera de la ley, que afectan las zonas rurales del departamento.
Marihuana: el negocio ilegal millonario que crece a la sombra del boom de cocalero
El país no tiene cifras confiables sobre la magnitud del tráfico de hierba, excepto por las convulsiones: fueron 450 toneladas el año pasado, poco más de la mitad del total de cocaína que fue incautada para los narcotraficantes.
En Colombia, se incautaron 450 toneladas de marihuana. Esta cifra es equivalente a poco más de la mitad de la cocaína que las autoridades lograron quitarle a los narcotraficantes, 83 toneladas, un nuevo récord en el asunto, y solo un tercio de lo que se calcula es la producción única de los ‘manzadores’ hidropónicos del norte de Cauca (entre 1,300 y 1,800 toneladas por año).
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Eclipsado por el Billonario y el Bloody Business of Cocaine, el tráfico que está lejos es la sustancia alucinógena más consumida en Colombia: la prevalencia (el uso al menos una vez en la vida) pasó del 11.3 % al 26.7 % en 2023 en la población universitaria, según un estudio del Ministerio de Justicia, no deja de crecer. Al mismo tiempo, tanto los ingresos de las organizaciones criminales como la violencia que ejercen para conservar o ganar control tanto en las áreas de producción como en las rutas y las ollas donde se mueve el mercado.
Los ‘mangers’ del norte de Cauca. Greenhouses en Toribío. Foto:Santiago Saldarriaga / The Time
Casi 60 años después del auge de la ‘Marimera Bonanza’ que puso a Colombia en el mapa del tráfico de drogas en todo el mundo, ya es una diferencia de lo que sucede con Coca, el país no tiene una estadística oficial de la cantidad de hectáreas plantadas o de la productividad real de esos cultivos.
Según las fuentes policiales anti -narcóticas, para cada operación se apoderan de la cocaína, se llevan a cabo cuatro contra las redes de marihuana. Y, sin embargo, los resultados son mucho menos efectivos, aún más si uno tiene en cuenta que los narcotraficantes que negocian marihuana solo tienen que empacar el césped, mientras que los traficantes de cocaína deben tener un proceso de refinamiento largo y complejo.
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Y no es un tráfico inofensivo. Detrás del enclave de producción de marihuana principal en el país están hoy los disidentes de ‘Iván Bite’, como lo fueron las FARC desmovilizado durante décadas. Pero es un mercado en disputa para otras mafias: el ELN y los otros disidentes, los de ‘Iván Márquez’.
Muchos de los muertos en el área de María Paz, uno de los más deprimidos en Bogotá, están relacionados con el ajuste de las cuentas por problemas con los envíos de marihuana que camuflados entre los alimentos que llegan de las llanuras y el suroeste del país, ingresan a la capital en los camiones dirigidos hacia el sector de Corabastos.
Durante meses, los ojos del país y la atención del gobierno se han concentrado en la tasa de El Silver, el distrito del municipio de Caucano de Argelia que fue durante más de una década la ‘Wall Street’ de la cocaína en Colombia. Pero Cauca no solo sufre la violencia de la guerra por el alcaloide. Aquellos que realmente conocen el departamento hablan de un ‘triángulo de coca y marihuana’ que se proyecta desde los municipios del norte, históricamente golpeado por la violencia de la FARC y, ahora, de los disidentes.
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Drogas incautadas en el Valle del Cauca. Foto:Policía del valle
Hay entre 1.300 y 1.800 toneladas por año de cannabis, según varias fuentes. La mayor parte de la producción es de la variedad espeluznante, entre las más caras por su alta concentración de tetrahidrocannabinol (THC). Y a partir de ahí, salga rutas que terminan suministrando mercados internos y los de los Estados Unidos, América del Sur y América Central.
Más que coca, la marihuana se cultiva en el norte de Cauca. Se calcula nuevo, no oficialmente, que solo en la nariz nasas de Tacuego, Toribío y San Francisco hay alrededor de 9,000 cultivos hidropónicos a los que se dedican unos 16,000 campesinos y personas indígenas.
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Después de décadas sin grandes operaciones en contra, lo que resulta en el ‘bloque social’ llamado, los Asonados, han aprendido a tomar hasta cuatro cultivos al año (en las plantaciones terrestres, el promedio son dos).
«Todos saben dónde están los ‘mangers’, pero en la región el estado es cero a la izquierda», dice Solomon Malhub, un investigador independiente.
Incluso desde algunos puntos de Cali, las montañas tapizadas de bulbos se pueden ver en la distancia, cuya conexión es fraudulenta e iluminan esa zona rural de los municipios del triángulo de marihuana y coca: Corinto, Toribío y Miranda. Son los mismos donde ha habido masacres de grupos armados y donde hay enfrentamientos entre los disidentes de los frentes ‘Dagoberto Ramos’ y ‘Jaime Martínez’ contra el frente ‘Manuel Vásquez Castaño’, de Eln, y la ‘Segunda Marquetalia’.
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Drogas incautadas en el Valle del Cauca. Foto:Policía del valle
Según el comandante de la División del Tercer Ejército, el general de brigada Federico García, el kilo de la marihuana espeluznante, que se puede vender en el país por 250 dólares (un millón de pesos), se vende en los Estados Unidos por 6.500 dólares, equivalente a 26 millones de pesos. A partir de ahí, la intensa oferta de conservar el poder sobre estos enclaves especializados (un kilo de marihuana normal es de entre 170,000 y 200,000 pesos en centros mayoristas).
Más de 40 toneladas de drogas incautadas en las carreteras del valle
Hasta ahora, la Policía Nacional en las carreteras del valle ha logrado la incautación de Más 40 toneladas de narcóticos, marihuana, cocaína, bazuco y heroína, evitando que lleguen a su lugar de destino.
«Esta incautación es otra muestra del compromiso inquebrantable de la Policía Nacional de Colombia con la lucha contra el tráfico de drogas y la protección de nuestras comunidades, especialmente nuestros hijos y adolescentes, de los diferentes flagelos penales. Instamos a la comunidad a confiar en las autoridades y armonizar el trinomial (policía, la policía, políticas y administrativas y la comunidad).
Carolina Bohórquez
Corresponsal de El Tiempo
Cali
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