
Colombia ha decidido poner la región del Amazonas en el centro del debate internacional, impulsada no solo por las tensiones regionales con Perúpero para el impulso de la próxima cumbre de los presidentes de Amazon de la OTCA. El crimen organizado ha fortalecido su presencia en el área fronteriza entre Colombia, Perú y Ecuador, configurando un «estado paralelo» que desafía la gobernanza estatal. La cumbre abordará el requisito de una amazonía libre de combustibles fósiles y la participación activa de las comunidades indígenas, en un contexto en el que la presidenta brasileña, Lula da Silva,Promueve la exploración petrolera como una forma de transición energética, una visión firmemente rechazada por el presidente colombiano Gustavo Petro.
Se anticipa una declaración conjunta al final de la cumbre, aunque el hidrocarburo podría estar oficialmente fuera de la agenda, en parte debido a la fuerte oposición del gobierno colombiano. Junto con los problemas ambientales, el co -gubernamental indígena y el acceso directo al financiamiento climático están surgiendo como puntos clave. En medio de este escenario, el contexto político interno –Como la liberación del ex presidente Álvaro Uribe y los movimientos de Uribismo después del asesinato de Miguel Uribe Turbay, ejerce presión sobre el gobierno y enfatiza la tensión entre las agendas ecológicas e institucionales del país.
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