
1776. Benjamin Franklin, con irónico habitual, advirtió a los líderes de la independencia estadounidense: «Todos tenemos que permanecer juntos o debemos confundir por separado». Su frase tenía humor, pero también la seriedad de la oración: la unidad no era opcional, era una cuestión de vida o muerte.
Colombia pasa por una crisis que ya se siente en la vida cotidiana. Miedo en las calles, incertidumbre en las carreteras y la violencia política que ya ha solicitado la vida de 97 líderes, incluidos Miguel Uribe TurbayReflejan el país al borde del abismo. En solo cinco meses 80 Policía Y los soldados cayeron cumpliendo su deber, mientras que miles de familias fueron heridas por la guerra en las regiones como el catatum.
Nota recomendada: David Luna propone una candidatura única para el derecho al mismo pacto
Como si lo anterior fuera un poco, en un evento sin precedentes, el principal líder de la oposición, ex presidente Álvaro uribeÉl está en prisión. No es otro hecho: es una realidad que hoy afecta la seguridad y la paz de todos los colombianos.
Frente a ese panorama, la oposición no puede permitirse la división. Nadie pide que Estados Unidos esté amanecer o que renuncie a sus juicios. Pero se detienen en su camino, para dejar tensiones secundarias y eso, tan pronto como sea posible encontrar una fórmula que permita una competencia con un candidato. Porque la unidad no está en silencio: es la única herramienta real para defender la democracia, la libertad y la futura Colombia.
El dilema es claro. Si todos insisten en el movimiento por separado, la consecuencia será la derrota, y con la consolidación del proyecto político que pone en riesgo la estabilidad del país. Si, por el contrario, los líderes de la oposición logran unirse, tendrán la posibilidad real de equilibrio, enmienda y esperanza.
Franklin estaba en ese momento, y ahora tiene: o unirse o hundirse. La decisión está en manos de aquellos que se esfuerzan por manejar, pero las consecuencias sufrirán a todos los colombianos.
Ricardo Ferro