
Bogotá, 27 de abril (Efe).– La defensa del español no es solo la protección de un idioma; es, además, una lucha por la democracia y la diversidad cultural ante los crecientes esfuerzos de «homologación» cultural. Así lo afirmó Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, durante su intervención en la Feria Internacional de Bogotá de XXXVII (Filbo).
«Defender nuestro idioma significa defender la democracia misma, ya que las identidades cerradas buscan imponer una única identidad. Estas ideologías intentan distorsionar el significado de la igualdad, sugiriendo que esta solo se puede alcanzar mediante la aceptación universal de su punto de vista. La libertad, en este contexto, se convierte en la legitimidad de otorgar sentido a todos los demás aspectos», explicó García Montero en un entorno que tenía a España como país invitado.
Durante su presentación, el director del Instituto Cervantes también abordó la 25ª edición de ‘El Español en el mundo 2024’, que tuvo su lanzamiento inicial en Madrid el 30 de octubre. Según el anuario reciente, por primera vez en la historia, el número de hablantes de español superó en 2024 los 600 millones. De esa cifra, cerca de 500 millones son hablantes nativos que consideran el español su lengua materna, mientras que hay otros 100 millones de personas que han aprendido el idioma con un nivel de competencia significativo. Además, muchos estudiantes en España continúan su aprendizaje del idioma», declaró García Montero.
Esta realidad convirtió a García Montero en un defensor contundente de la importancia del español en el contexto internacional: «Es un momento crucial para celebrar un idioma que le da voz a más de 500 millones de personas. Junto a otros 100 millones, permite que, a través de relaciones colaborativas, representemos la diversidad del mundo. No podemos permitir que un solo emperador, ya sea en Moscú o en Washington, imponga una única forma de identidad anglosajona», enfatizó.
Deformación de la libertad
El anuario del Instituto Cervantes ofrece una «reflexión» sobre la temática del idioma español y proporciona «una visión general de la situación actual de nuestra lengua a nivel global». Como destacó García Montero, «los idiomas y las culturas están en constante evolución, influenciadas por las realidades que enfrenta cada sociedad».
Un claro ejemplo de esto es cómo la percepción del español ha cambiado en los Estados Unidos, donde la situación nunca fue la misma después de que Donald Trump declarara al español y a quienes lo hablan como el enemigo central de su política. Esta postura se tradujo también en la eliminación del sitio web español de la Casa Blanca», indicó.
El director del Cervantes agregó: «La libertad es un pilar esencial para nuestra autoconciencia. Sin embargo, hay un grupo cada vez más numeroso que intenta definir la libertad únicamente de acuerdo con la ley del más fuerte, permitiendo que los más poderosos decidan sobre los asuntos que nos afectan».
En este contexto, el académico recordó que «durante la dictadura de Franco, el español era un símbolo del pensamiento conservador y de los restos del fascismo».
Al hablar de España, mencionó que la imposición de una identidad única era evidente en la promoción del español, lo que llevó a la erradicación de otras lenguas y tradiciones culturales dentro del estado español, como el catalán, el gallego o el euskera.
García Montero también subrayó que la imagen cultural de España durante la época de Franco era, a nivel internacional, «un aspecto ridículo desde cualquier perspectiva».
Si reflexionamos sobre la percepción externa, recordemos que Franco fue asociado a un revivir de recuerdos imperialistas, donde el idioma español era considerado un símbolo de un vasto imperio y España era vista como el centro de control de ese dominio.
Sin embargo, este panorama se transformó con la llegada de la democracia y la implementación de una nueva constitución, lo que posibilitó, años después, la creación del Instituto Cervantes en 1991. Esto contrasta con otras instituciones culturales, como la Alianza Francesa, el Consejo Británico o el Instituto Goethe, que se establecieron décadas e incluso siglos antes.
«Nuestra juventud como institución está ligada a la consolidación de una democracia; por esta razón, el Instituto Cervantes solo ha podido crecer en este contexto positivo», concluyó el académico en la Feria Literaria de Bogotá, que abrió sus puertas ayer y estará disponible hasta el 11 de mayo.