
Paula Cabaleiro
Bogotá, 27 de abril (Efe).- La literatura que viaja en ruedas se convierte en el tema central del Pabellón de España en la Feria Internacional de Libros de Bogotá (Filbo), donde este país europeo honra las bibliotecas callejeras que han jugado un papel crucial como transportistas de libros, llevando conocimiento a los rincones más apartados y de difícil acceso.
A lo largo de la historia, las bibliotecas públicas han sido esenciales en la difusión del conocimiento; sin embargo, muchas comunidades rurales han quedado desatendidas y sin acceso a estos recursos. Para abordar esta problemática de desigualdad, se inició la creación de bibliotecas móviles, vehículos repletos de libros que se aventuraron a cruzar carreteras, montañas y llanuras para llevar la literatura a quienes más la necesitaban.
«Nuestro pabellón es un merecido homenaje a aquellas bibliotecas que hacen posible el acceso a la cultura, aún en los lugares más lejanos, donde quedan apartados de las grandes ciudades», afirmó el Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en la inauguración celebrada el viernes pasado, resaltando la importancia de esta iniciativa.
El pabellón español, que se extiende a lo largo de 3000 metros cuadrados, está diseñado como una ruta que se divide en tres secciones: una zona de bienvenida, un espacio para conferencias y una sección dedicada a la gastronomía como despedida. Este formato busca crear una experiencia integral para los visitantes.
Con elementos audiovisual, exposiciones interactivas y más de 15,000 libros disponibles, los asistentes tendrán la oportunidad de explorar dos auditorios diseñados con lana, que evocan paisajes montañosos tanto de la Península Ibérica como de los Andes colombianos, creando una atmósfera única.
Depositar a las mujeres de la tradición
El pabellón aspira a ser más que una simple estructura; pretende ser un espacio de reflexión y diálogo donde las palabras se entrelazan con la memoria colectiva de España y su historia literaria. «No hay partes rotas de España aquí, existe la unión entre la tradición más artesanal de los tejedores y la contemporaneidad de la creación actual», declara María José Gálvez, directora general del libro, cómic y lectura del Ministerio de Cultura de España.
Este tributo también se extiende a María Moliner, una bibliotecaria fundamental en la historia cultural española, conmemorando el 125 aniversario de su nacimiento. Moliner fue una pionera en la creación de bibliotecas rurales y en la implementación de misiones pedagógicas que llevaron la lectura a las áreas más remotas de España.
«Ella dijo que había un libro para alguien en cualquier lugar, hablando de la importancia de las bibliotecas móviles y la labor educativa que realizaban», recuerda Gálvez, destacando el impacto duradero de su trabajo en la comunidad.
En la inauguración, el autor Javier Cercas subrayó una idea resonante: «Para conocer España, uno debe salir de España; a Colombia, México o Argentina.» Esta declaración refuerza el espíritu de conexión transcontinental que permea todo el pabellón.
Lo ancestral y el avant-garde
La propuesta española en Bogotá trasciende la arquitectura, ya que, bajo el lema ‘Una cultura para la paz con otros y con el planeta’, el Pabellón articula un programa vibrante que incluye literatura, poesía, cómic, teatro, dramatización y fotografía, creando un ambiente enriquecedor y diverso.
«El pabellón desea ser un foro que promueva el diálogo cultural y el poder de la palabra, indagando en posibilidades y reflexiones», explica Gálvez, quien también afirmó que «las instituciones y los proyectos deben ser promotores de la lectura y de la entrega de libros a lectores y ciudadanos, buscando construir igualdad, libertad y fraternidad en nuestras sociedades».
El diseño, titulado ‘Textum / Süchi. Weave Territories’, ha sido concebido por los arquitectos Luis Alexandre Casanovas, Enrique Espinosa, Santiago Pradilla y la diseñadora Paula Chalkho. Este diseño refleja un fuerte compromiso con la sostenibilidad, buscando dar nueva vida a todos los elementos del espacio.
«Tanto los muebles como los libros tendrán una próxima vida» en bibliotecas, universidades y centros penales de Colombia, explicó Gálvez, enfatizando la importancia del reciclaje y la reutilización. Cada detalle del pabellón ha sido diseñado para resonar con la comunidad, utilizando materiales como acero y madera, así como textiles elaborados a mano por artesanos de España y Colombia, reflejando el conocimiento ancestral que la literatura transmite a lo largo de las generaciones.
Durante los 17 días que dura la Filbo, los asistentes tendrán la oportunidad de explorar un espacio que los invita a pensar, leer y reunirse, antes de que sus componentes sean redistribuidos a nuevos hogares, siguiendo la ruta de las antiguas bibliotecas rodantes que el pabellón español glorifica. Efusión