

Hace unos meses, la nación finlandesa fue proclamada por octava vez el país Feliz en el planeta. Luego vimos que nada es perfecto, porque mientras sucedió, Estados Unidos aterrizó para prepararlos a la próxima batalla por el Ártico. Y entre una cosa y otra, el verano ha llegado a sus playas. Como siempre, no será muy largo, y este año va acompañado de una cantidad exorbitante de excremento.
Breve y disputado. Le dije esta semana The New York Times. En un país donde el verano dura solo dos meses y el sol se convierte en un bien escaso, cada día cálido es casi como un milagro. Helsinki, como el resto del país, vive esas semanas con intensidad: playas abarrotadas, familias de bicicletas enteras y ciudadanos ansiosos por aprovechar las temperaturas que en cualquier otro lugar parecerían suaves, pero que exceden los registros históricos aquí.
Sin embargo, en ese espacio de evasión ha aparecido un intruso inesperado: el Gansos de BarnaclasAves robustas y gregarias que han colonizado parques, vías y, sobre todo, las playas de la capital. Su Presencia de MasivA (más de 5,000 explicados en el área el verano pasado) ha transformado la vida al aire libre en un ejercicio de vigilancia constante, donde los caminantes deben medir cada paso para no hundirse en excrementos que se acumulan en cantidades sorprendentes.
El excremento diario. El problema, aunque una apariencia anecdótica, afecta directamente el disfrute de un verano que los finlandeses consideran sagrados. En las playas, antes de extender la toalla tienes que Revise el sueloLos jugadores de volea rezan para no aterrizar bruces en un charco marrón, y los padres miran con angustia que sus hijos pequeños no confunden el estiércol con arena o hierba.
The Times dijo Que, en los parques, el césped está tapizado con heces que están incrustadas en las plantas, y en las avenidas centrales los gansos peatones con la misma naturalidad que los Beatles son muy beatles en Abbey Road. Las cifras ilustran la magnitud del desafío: en algunas playas, el personal de mantenimiento recoge más de 20 kg de excremento por díaUn volumen que requiere tripulaciones enteras de trabajadores estacionales, multiplicado en la última década.
Innovaciones fallidas. Durante años, el Ayuntamiento de Helsinki tiene métodos probados Para contener la plaga. Intentaron mezclar el taburete con la arena, pero el agua terminó contaminada. Usaron grabaciones de águilas marinas para asustar pájaros, pero los gansos se acostumbraron pronto. Incluso fue estudiado para contratar perros entrenados, como lo hacen otras ciudades, aunque eran demasiado caros y poco disponibles.
El Gran esperanza Este verano fue una máquina diseñada por el propio equipo de mantenimiento. Una especie de tamiz con ruedas, similar a un manual Corteped, que tuvo que separar las heces de la arena. El problema? En la práctica era Pesado e ineficaz En suelos húmedos, y terminó relegado a un almacén. Al final, el recurso más confiable sigue siendo el más rudimentario: pala, guantes de goma e infinita paciencia.
Coexistencia inevitable. La batalla contra los gansos, sin embargo, es limitada por legislación y la ética finlandesa: no se permite la caza urbana o el sacrificio masivo, como en Canadá o California, donde transferencias o Culeing. En Helsinki, los gansos no solo son una molestia, sino que ya son parte del paisaje de verano, insertado en el imaginario urbano y la rutina diaria de sus habitantes.
De hecho, los trabajadores que recolectan el estiércol encuentran una cierta serenidad en la tarea repetitiva (aunque el olor los persigue más tarde). La realidad es que, en un país donde el verano es demasiado corto para desperdiciarlo, los finlandeses parecen aceptar esta incómoda invasión como un precio a pagar para disfrutar de sus playas.
Con humor y estoicismo, han asumido que entre el sol, el agua y la arena siempre habrá un tercer invitado: el ganso omnipresente … y su rastro inevitable.
Imagen | Jip
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