
La Semana Santa de 2025 dio la bienvenida a un nuevo récord turístico para Santa Marta, según lo informado por Cotelco, capítulo de Magdalena. Esta afirmación fue recibida con gran entusiasmo al revelarse que más de 105 mil personas visitaron la ciudad durante este periodo, cumpliendo así con las expectativas del sector. Sin embargo, lo que fue considerado un gran éxito por algunos, se transformó para otros en una de las semanas más complicadas en los últimos años.
En el núcleo cultural de la ciudad, que corresponde a su centro histórico, las expresiones de preocupación eran evidentes. Se podían observar restaurantes con mesas vacías, hoteles con habitaciones disponibles e exhibiciones inusuales que apenas reflejaban el movimiento económico generalmente esperado. Todo esto contrastaba de manera notable con el optimismo que muestran las estadísticas de llegada de turistas.
«Es lo peor desde la pandemia»
La Corporación Central Histórica, que agrupa a comerciantes, empresarios turísticos y hoteleros del área, no tardó en alzar la voz respecto a la situación. Su directora, Diana Giraldo, no titubeó al afirmar: «Esta ha sido la Semana Santa más regular desde que se inició la reactivación económica tras la pandemia. La ocupación hotelera alcanzó solo el 63%, lo que representa una caída del 27% en comparación con el mismo periodo de 2024».
Giraldo aclaró que el impacto no solo afectó a los hoteles, sino que también tiene un efecto en cadena. «Si no hay huéspedes, los restaurantes experimentan una disminución en sus ventas, las guías turísticas se quedan sin trabajo y los vendedores no obtienen ingresos. Nos enfrentamos a una situación crítica que requiere acción inmediata», advirtió.
Un centro con problemas estructurales
Las causas del desinterés turístico en el centro histórico son bien conocidas. Desde el año 2022, la corporación ha denunciado un aumento en el número de habitantes de la calle, un fenómeno social que, en lugar de disminuir, ha aumentado con el tiempo. «Hemos alertado sobre esto antes. En la actualidad, los turistas evitan el centro debido a la inseguridad y el acoso constante», añadió Giraldo.
Por otro lado, la analista de turistas Leydi Franco también mencionó un problema estructural que afecta a la ciudad: el saneamiento básico. «Las calles están llenas de ríos de aguas residuales, el mal olor es intolerable, y la infraestructura de alcantarillado está en tan mal estado que proyecta una imagen negativa del destino. Muchos visitantes se sienten decepcionados», comentó.
Santa Marta Foto:Laura Quintero / The Time
A este panorama se suman los altos costos operativos. Juana Montoya, administradora de un restaurante, subrayó que los alquileres y los servicios públicos son exorbitantes en comparación con otros sectores de la ciudad. «Si esta situación persiste, muchos locales no podrán sobrevivir», aseguró.
Entre la inversión perdida y la esperanza de soluciones
La temporada dejó más pérdidas que ingresos. Fredy Gómez, dueño de un pequeño hotel, compartió que buena parte de los suministros adquiridos para atender a los turistas acabaron siendo desechados.
«Contraté personal para la Semana Santa, y al final del periodo tuve que despedir a la mitad del equipo porque no había suficiente ingreso para cubrir los salarios. Los costos de los servicios también son impagables», expresó Gómez.
A pesar del desencanto, aún persisten voces que creen que la recuperación del centro histórico es posible. «Con una estrategia de promoción bien enfocada, un control de los espacios públicos y mejoras en la infraestructura, podríamos revitalizar este sector. El centro histórico tiene un gran potencial», concluyó Leydi Franco.
Desde la Corporación Central Histórica se hace un llamado urgente a las autoridades locales y a los gremios del turismo para que trabajen de manera conjunta. «Estamos a tiempo de salvar este motor económico. Sin embargo, es necesario actuar con prontitud», advirtió Diana Giraldo.
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