
Durante su discurso en el evento organizado por la Colombo American Chamber (Amcham) para conmemorar sus 70 años de existencia, Santos enfatizó que la idea original de alcanzar una «paz general» debe ser revisada y adaptada. «Como mencionamos anteriormente, el presidente Petro, los procesos de paz deben ser planificados adecuadamente, lo que requiere un enfoque combinado de firmeza y estrategia», destacó Santos, sugiriendo que la falta de un plan bien estructurado ha llevado a situaciones problemáticas en el avance hacia la paz.
Juan Manuel Santos, quien gobernó Colombia desde 2010 hasta 2018, es conocido principalmente por haber firmado el histórico tratado de paz con las guerrillas de las FARC en 2016. Este acuerdo, considerado un logro significativo en su administración, fue el resultado de años de negociación y momentos difíciles en el país, marcando el intento de poner fin a más de cinco décadas de conflicto armado que ha afectado a la nación.
Sin embargo, Santos advirtió que es fundamental conocer quienes son los participantes del proceso de negociación y que este debe realizarse utilizando una aproximación que combine incentivos y medidas de presión. «Lo que hemos visto hasta ahora ha sido un enfoque que solamente ofrece zanahorias, dejando de lado la necesaria disciplina que conlleva también el uso de un ‘clubbing’ o fuerza», comentó Santos en referencia a cómo Gustavo Petro ha llevado a cabo sus interacciones con diferentes grupos armados.
Asimismo, Santos resaltó que las conexiones entre los grupos armados se han intensificado en varias regiones del país. Esta situación ha llevado a un aumento en la inseguridad general, lo cual representa un desafío significativo para el gobierno actual. La búsqueda de una paz total ha mostrado ser problemática y, según Santos, ha fracasado en establecer negociaciones efectivas con el Clan del Golfo, que se considera la organización criminal más significativa en Colombia, y ha retrasado las discusiones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), aunque al menos mantiene algunas conversaciones con ellos lideradas por el alias ‘Calarcá’.
El proceso de paz también enfrenta desafíos en lugares como Medellín y Buenaventura, donde muchas pandillas llevan a cabo actividades delictivas en medio de un clima de temor. En Buenaventura, una ciudad con aproximadamente 450,000 habitantes, la situación se ha vuelto tan difícil que los residentes se ven impedidos de trasladarse de un distrito a otro debido a la amenaza constante de los grupos armados que buscan controlar el territorio.
Adicionalmente, la presencia significativa del ELN, así como del Clan del Golfo y otras organizaciones, ha complicado la situación en esta región, donde estos grupos luchan por el control de las rutas del narcotráfico. En última instancia, la complejidad del conflicto colombiano exige una revisión profunda de las estrategias de paz adoptadas y una mayor atención a cómo se están conduciendo las negociaciones.