Manuel llegó orgulloso de afirmar ser un veterano del Ejército, pero también dijo con tristeza que perdió a muchos de sus amigos durante intensos combates.
La calle Quinta, como hace mucho tiempo, no se llenaba por una manifestación de paz. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
Eran otros tiempos, pero la misma guerra y muchas muertes, como las de los atentados perpetrados por disidentes de las Farc, bajo el mando de ‘Iván Mordisco’, el pasado 10 de junio en Valle y Cauca, que dejaron ocho muertos y más de 75 heridos en ambos departamentos.
La gigantesca bandera de Cali, encomendada para la marcha
El veterano de las Fuerzas Militares, de 74 años, encabezó la caravana que cargó la bandera de Cali, de 800 metros de largo, casi un kilómetro de extensión, que el exconcejal de la ciudad y empresario Carlos Andrés Clavijo encargó a unas bordadoras. Era para recorrer los 4,5 kilómetros que abarcó la multitudinaria ‘Marcha del silencio’ de este domingo.
La calle Quinta, como hace mucho tiempo, no se llenaba por una manifestación de paz. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
Y fue masiva desde el inicio, el parque de Las Banderas, en el sur de la capital vallecaucana. Los participantes llegaron vestidos de camisetas blancas, algunos con globos, otros con margaritas y agitando banderas del tricolor nacional. Retumbaban las vuvuzelas en ese paso para caminar la calle Quinta, el corredor vial que une el norte con el centro y el sur de Cali.
Durante el trayecto, los miles de manifestantes que atiborraron la Quinta en esa dirección hacia la plazoleta Jairo Varela, icónica por una trompeta como monumento en honor al maestro del Grupo Niche, se escuchaba la frase ‘Fuerza Miguel, fuerza Miguel’ y oraciones, como el santo Rosario por el senador a quien un joven sicario le disparó el 7 de junio, en un sector de Modelia, en Bogotá, causando indignación en todo el país.
El exconcejal contó mientras también llevaba la bandera que la semana pasada visitó al senador y precandidato presidencial en la clínica Fundación Santa Fe, de la capital del país. “Sigue luchando. Se encuentra estable y luchando”, comentó.
A unos metros suyos, Carmiña Jiménez empezó a rezar el Rosario, cuando quienes encabezaban la marcha había avanzado 10 cuadras, aunque seguían saliendo más personas del parque de Las Banderas. “Tenemos que marchar por la paz, no nos maten”, dijo la señora.
La calle Quinta, como hace mucho tiempo, no se llenaba por una manifestación de paz. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
Junto al séquito de Clavijo pasó otro, apretujado: “Vamos a ir más adelante porque llevamos la bandera de Colombia”. También medía unos 800 metros o más.
Al paso de los marchantes, los vehículos que recorrían en sentido contrario hacia el sur, hacía sonar las bocinas en respaldo a la manifestación contra los violentos.
Muchos decían en la marcha: “Que buena celebración del Día del Padre”. De manera calmada, la movilización continuó sin afanes, bajo un intenso sol que motivó a vendedores de botellas de agua a hacer su ‘agosto’, llevando en sus carritos, banderas de Colombia. Querían estar a tono con la ocasión.
La calle Quinta, como hace mucho tiempo, no se llenaba por una manifestación de paz. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
El recorrido giró hacia la derecha para buscar el Bulevar del Río, un segmento solo para peatones de 900 metros, cerca de la misma longitud de las banderas que mandadas a elaborar para este propósito.
Oraciones con minuto de silencio
Al llegar a la calle Octava con carrera Primera o avenida Colombia, en pleno centro, la marcha tomó hacia la izquierda, cruzando el río Cali, a través del puente de la Cervecería. Pasó por el Instituto Departamental de Bellas Artes y por el parque de las Piedras hasta llenar la avenida 2 Norte donde está la plazoleta Jairo Varela, frente a la alcaldía de Cali.
Una vez, la multitudinaria manifestación fue llegando hubo cánticos y más oraciones. También, un minuto de silencio para entonar después los himnos de Colombia y de Cali. En imágenes quedó el fervor de los asistentes que coparon la plazoleta, ubicada entre el norte y el centro de la ciudad.
“Desde acá (en la tarima) vemos que siguen llegando más personas de la calle Quinta”, dijo quien tomó el micrófono para pedir el minuto de silencio. Ya habían transcurrido dos horas y media desde el arranque de la ‘Marcha del silencio’ y tras más oraciones, la ciudadanía, tomada de las manos, terminó alegre y cantando la cumbia del memorable maestro Lucho Bermúdez. Fue una voz al unísono para repetir “Colombia tierra querida”.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali
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