Economía

Silencio que duele la esperanza en paz – En un click

Silencio que duele la esperanza en paz

 – En un click

El gobierno actual ha tomado medidas significativas para establecer la base de la paz duradera en Colombia. El Reforma rural integralPresentado como la columna vertebral del acuerdo de paz con el FARC, continuó con la voluntad política, comenzando a resolver la deuda histórica de la aldea colombiana. La aprobación de la ley legislativa creada por el Sistema Nacional de Participación en el que la participación de los ciudadanos se reconoce como un derecho esencial para transformar el estado desde abajo. Los diálogos con ELN, que se avanzan en una serie de importantes pre-financiamiento, se agregan a esto, y cuyos procedimientos deben continuar; Instalación de tablas dialógicas con otros actores armados.

También es importante enfatizar el progreso en las áreas de PDET (programas de desarrollo con un enfoque territorial), donde algunos proyectos de inversión pública se materializaron que comienzan a cerrar los espacios en blanco históricos en infraestructura, agua potable, educación y desarrollo económico. Estas inversiones no solo satisfacen solo las necesidades urgentes, sino que representan el acto de dignidad y la presencia del estado en el territorio marcado durante las décadas, olvido, exclusión y violencia.

Sin embargo, estos logros que deben ser reconocidos y defensores, iniciando el riesgo de pérdida de fuerza y ​​legitimidad si no siguen la estrategia coherente, activa y territorial para enfrentar los desafíos actuales. En este contexto, el silencio y la inactividad de la oficina del Alto Comisionado para la Paz contra Akto, como el ataque al senador Miguel Uribe, los ataques terroristas en el sofá y el valle, las masacres y los líderes de líderes y líderes.

No es solo un silencio comunicativo, sino evidencia de inexistencia de una estrategia clara para la implementación efectiva de la paz general. Este valioso concepto, que establece la paz integral de territorial, social y medio ambiente, requiere un enfoque holístico que incluye una presencia activa de escucha comunitaria, protectora, coordinada y constante de países en territorios y participación vinculante de los sectores sociales.

Se agrega la grave falla estructural, es una inexistencia de un marco legal sólido que permite negociaciones con los grupos armados de paralitarismo, que hoy han hecho control armado, escape y desplazamiento en muchos países. Esta falta de claridad legal alimenta el alcance y las fronteras del proceso de paz, delegitima la acción del estado y deja a muchas comunidades expuestas a ambigüedades operativas y nuevas formas de impunidad.

No hay participación sin garantías, ni democracia real en medio del miedo. La seguridad no se reduce a la militarización, también es la posibilidad de ejercer derechos sin amenazas, poder eficiente ubicado exclusivamente en las personas sin matar, desplazarse o silenciar. La protección de la vida y el liderazgo social es inevitable es responsabilidad del estado. En este sentido, los crímenes contra la humanidad y las violaciones de la ley humanitaria internacional no pueden considerarse simples «dificultades operativas». Son crímenes que deben enfrentarse a la fuerza, la articulación interinstitucional y la justicia.

Hoy, cuando la polarización política, los sectores armados ilegales se agravan y el poder de la destrucción se ve afectado, la paz no puede continuar vaciando el eslogan. No es suficiente sentarse para negociaciones con aquellos que tienen rifles, un elemento fundamental dentro de la paz; Debe construir una legitimidad en todos los niveles, con quienes tienen una palabra, raíces, memoria y sugerencia. Sin una participación amplia y activa de la sociedad en los procesos de paz, la transformación estructural y el logro de garantías que no son prepagas serán aún más difíciles.

Es hora de que una sociedad civil fortalezca su proceso de coordinación, escuche y actúe con fuerza moral. A partir de todas sus expresiones sociales, políticas y económicas, la demanda única para la terminación del terrorismo, el secuestro, la extorsión, la masacre, el empleo forzado, la desaparición, los asesinatos, el desplazamiento y la captura deben aumentarse. No es el momento de renuncia; Es hora de movilizarse para ganarse la vida.

Es por eso que el silencio y la inactividad del dolor. Porque no solo presenta la cara, sino también una promesa débil de paz con todos y todos. La oficina del Comisionado de Paz debe promover el proceso pedagógico, político y participativo que concluye la coordinación de iniciativas de los territorios, promueve los acuerdos sociales básicos e invita al acuerdo verdaderamente nacional.

En esta inseguridad, la paz es construida por valiente, incluida la coherencia y la seguridad para la vida. Es urgente que aquellos que tienen responsabilidad institucional escuchan, diálogos y actúan con altura ética. Porque si espera en paz, resulta que lo que sucederá no será solo más violencia, sino la consolidación de la indiferencia como normas gubernamentales y esa sería la peor derrota de todas.

Luis Emil Sanabria

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