
La salud en Colombia se ha convertido en una cuestión de relevancia y discusión tanto en las cámaras como en las empresas del país. Sin embargo, a pesar de la abundante información, es crucial mantener a la población notificada de los posibles riesgos que podrían afectar su bienestar. En esta ocasión, me gustaría centrarme en la salud pulmonar de quienes trabajan en los sectores clave de la economía nacional como la minería, la estructura, la producción de vidrio y otras actividades industriales.
Como un pilar fundamental del crecimiento económico del país, detrás de este progreso esconde silicosis y neumoconiosis, enfermedades pulmonares crónicas, irreversible, causada por la inhalación prolongada del polvo de sílice cristalina, componentes comunes en varios procesos industriales. El último estudio «¿Cómo estamos en enfermedades respiratorias?», Desarrollado para 3M en términos de Kolumbia y Kreab Colombia, que el 82% de las enfermedades respiratorias el año pasado, y el 86.7% registró el diagnóstico de casos específicos de silicosis o neudoconiosis.
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Aunque se puede evitar el daño del cuerpo humano, la realidad es que el diagnóstico no solo es clínico, sino que también es económico y social. El asociado de enfermos pierde su calidad de vida, su productividad y muchas veces su futuro. Para las empresas, esta patología crea ausencias, salud a través de sobregiros, sanciones legales y daños de reputación. El estudio también muestra que el 84.8% de las organizaciones informaron discapacidad permanente debido a enfermedades respiratorias que reflejan una realidad preocupante. Detrás del impacto en la salud de la salud de los trabajadores, esta situación revela una importante inexistencia de medidas preventivas efectivas en el entorno de trabajo.
El primer grado debe tenerse en cuenta que el uso inapropiado o no exclusivo de equipos de protección personal (EPP) es el factor principal asociado con la aparición de estas enfermedades, seguido de la falta de capacitación técnica y la falta de protocolos médicos. Aunque el 81% de las empresas han implementado medidas como el aire y las entregas de EPP, solo el 31.4% tiene una supervisión médica activa. Este es un síntoma claro de prevención que se sigue haciendo y no estratégicamente.
Aunque la resolución 2467 de 2022. Años Ministerio de Trabajo Y la Guía técnica para la higiene y la seguridad 2024. Los pasos son importantes, su implementación aún es desigual y los datos públicos sobre la frecuencia son obsoletos: los últimos datos oficiales sobre silicatos de 2007. Años. Esta falta de evidencia actualizada limita la formulación de políticas públicas eficientes y se adapta a la realidad del país.
La transición a un ambiente de trabajo más seguro no es un lujo: es un estado mínimo de sostenibilidad. En el momento en que la agenda de ESG (ambiental, social y de gestión) se consolida como el eje estratégico del desarrollo empresarial, la protección de la salud pulmonar de quienes construyen nuestro país debe ser prioridad moral, legal y competitiva.
No podemos continuar normalizando la silicosis. No podemos permitir que las enfermedades continúen entregando vida, que no es solo la salud de los trabajadores, sino la legitimidad del sistema de trabajo colombiano. La ciencia ya ha hecho su parte. Ahora depende de nosotros actuar.
También es necesario por la innovación. El desarrollo de respiradores más agradables y eficientes, sistemas inteligentes de monitoreo de aire y plataformas de educación digital puede marcar la diferencia. Pero la tecnología, sola, no reemplaza la voluntad. Y eso tendrá que traducirse a presupuestos, liderazgo visible y medición de resultados.
Luis López